La junta independiente de Ben & Jerry’s afirmó que la guerra entre Israel y Hamás en Gaza constituye un “genocidio”, lo que agudiza las tensiones con su empresa matriz, Unilever, con sede en Londres. Esta declaración intensifica una disputa de larga data entre la marca de helados y la corporación que la controla.
“Ben & Jerry’s defiende los derechos humanos y promueve la paz. Nos unimos a quienes en todo el mundo condenan el genocidio en Gaza”, expresó la junta en un comunicado revisado por Reuters. “Apoyamos a todos los que se pronuncian contra el genocidio en Gaza, desde quienes firman peticiones hasta quienes marchan en las calles o enfrentan el riesgo de arresto”.
Las fricciones entre Unilever y Ben & Jerry’s persisten desde 2021, cuando la marca anunció que suspendería sus ventas en Judea y Samaria, bajo control israelí. En 2024, Ben & Jerry’s presentó una demanda contra Unilever, acusándola de intentar silenciar sus posturas sobre Gaza y sus críticas al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La declaración sobre Gaza resulta excepcional para una marca estadounidense de gran alcance.
Un representante de Unilever aclaró que las opiniones expresadas corresponden únicamente a la junta independiente de misión social de Ben & Jerry’s y no representan a la compañía en su conjunto. “Abogamos por la paz en la región y por el apoyo a todas las personas cuyas vidas han sufrido los efectos de la guerra”, señaló el portavoz.
Unilever solicitó a un juez estadounidense que deseche la demanda interpuesta por Ben & Jerry’s. Además, la empresa avanza en la separación de su división de helados, que incluye a Ben & Jerry’s, con sede en Vermont, para crear una entidad independiente durante el verano de 2025.
Ben & Jerry’s sostiene que el acuerdo de fusión con Unilever, firmado en 2000, otorgó a su junta independiente la “responsabilidad principal” para liderar la misión social de la marca. El núcleo de la guerra con Unilever radica en el grado de autonomía que efectivamente posee esta junta.