Es dudoso que Chevron esperara que a los pocos días de completar su adquisición de Noble Energy, y con ella los campos de gas Leviatán y Tamar, se viera envuelta en una controversia.
La semana pasada Noble, ahora una unidad del gigante energético estadounidense, se negó a implementar un acuerdo que algunos de sus socios en Tamar habían alcanzado con Israel Electric Corp. para vender la utilidad de gas natural a un precio relativamente barato de 4 dólares por millón de unidades térmicas británicas.
Noble dijo que solo vendería el gas a 6,30 dólares, el precio fijado en el contrato original de la CEI para 2012, alegando que el nuevo acuerdo no era válido. Como socio operativo de Tamar, la empresa estadounidense tenía el poder de imponer su decisión a los otros socios.
La posición de Noble creó un gran revuelo. El CEI y algunos de los socios de Tamar instaron a la Autoridad de Competencia a intervenir, argumentando que Noble había abusado de su poder de monopolio. Pidieron a la autoridad que abriera una investigación criminal contra la empresa y sus ejecutivos. Se espera que la Knesset se ocupe del asunto a finales de esta semana.
Sin embargo, el fiscal general adjunto Meir Levin concluyó recientemente que, basándose en su estricta lectura del acuerdo marco del gas natural, Noble tiene efectivamente poder de veto sobre Tamar hasta el final del próximo año. Si es así, la Autoridad de Competencia no intervendrá, incluso si los ejecutivos de la CEI y entre los socios de Tamar no están de acuerdo.
Es probable que la decisión de vetar haya sido tomada por los ejecutivos de Noble, sin consultar a la alta dirección de Chevron. Este último aún no ha aprendido las formas de la cultura y las normas empresariales israelíes. Sea como fuere, la decisión es un golpe a la imagen de Chevron justo cuando entra en la escena de los negocios israelíes.
No es sorprendente que Chevron haya tratado de calmar los ánimos, señalando en un comunicado de prensa que acababa de llegar a Israel y que está trabajando para fomentar la confianza con diversos interesados. Se comprometió a hacer precisamente eso en las próximas semanas.
De hecho, solo dos días después de la crisis del veto, el gas Tamar comenzó a ser entregado a las plantas de energía de la CEI. Las dos partes llegaron a nuevos acuerdos, poniendo fin al enfrentamiento público. La solución no es particularmente creativa y podría haber sido puesta en práctica antes de que la crisis explotara: Acordaron posponer la decisión sobre los precios hasta más tarde, de acuerdo con lo que dicen los reguladores.
Sin embargo, si Chevron quiere entrar en el mercado israelí con el pie derecho, tendrá que hacer algo más que dedicarse a los mensajes. Tendrá que tomar medidas concretas que demuestren que la conducta depredadora de la era Noble ha terminado. El primer paso debe ser renunciar voluntariamente al poder de veto que tiene sobre Tamar, aunque legalmente lo retenga por más de un año más.
El poder de veto de Noble es el principal asunto que los reguladores y los otros socios de Tamar están tratando de resolver en este momento. Permite a Noble controlar de forma efectiva el mercado del gas natural y dirigir los negocios de gas hacia el campo Leviatán.