El gigante petrolero chino PetroChina espera comenzar a bombear petróleo de esquisto desde un proyecto en su principal clúster de yacimientos petrolíferos en el noreste de China en 2025, dicen los ejecutivos de la compañía y los analistas a Reuters, ya que el principal importador de petróleo del mundo busca sostener su producción de petróleo y potencialmente disminuir su dependencia de las importaciones.
PetroChina está invirtiendo miles de millones de dólares en tecnología de fracturación hidráulica y desarrollo para perforar las formaciones de esquisto en la zona de Gulong, en su importante grupo de campos petrolíferos de Daqing.
El mes pasado, PetroChina dijo que empezaría a producir 20.000 barriles diarios (bpd) de petróleo de esquisto en Gulong en 2025.
Sin embargo, los analistas señalan a Reuters que la recuperación comercial de los enormes recursos de esquisto allí no está probada todavía y podría ser muy incierta.
“Nos estamos aventurando en una zona de ‘nadie’ en Gulong”, dijo a la prensa He Wenyuan, geólogo jefe de Daqing, según recoge Reuters.
En agosto, China anunció el descubrimiento de un importante yacimiento de petróleo de esquisto en el conjunto de campos petrolíferos de Daqing, con unas reservas previstas de 1.270 millones de toneladas de petróleo.
La Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) pretende impulsar la producción de petróleo de pizarra en las formaciones de Daqing para invertir el declive de la producción en la zona, según el gigante petrolero estatal.
Las grandes petroleras chinas están intensificando la exploración de petróleo y gas de esquisto como parte de un mandato de las autoridades para aumentar la producción nacional, lo que podría disminuir la costosa dependencia de China de las importaciones de crudo y gas natural.
Sin embargo, China ha tenido problemas para desarrollar sus enormes recursos de gas y petróleo de esquisto hasta ahora. Las dificultades se deben a que algunas de las cuencas más prolíficas se encuentran al doble de profundidad que los recursos de gas de esquisto de algunas de las zonas más extensas de Estados Unidos. La desafiante geología conlleva mayores costes de perforación y terminación de pozos, menores márgenes para las empresas de exploración y producción y, en ocasiones, resultados dispares en los flujos de gas.