El mes pasado, China aumentó sus compras de crudo tanto a Rusia como a Arabia Saudita, y los saudíes recuperaron el primer puesto entre los proveedores de petróleo del país.
Según Reuters, los datos de las aduanas de Pekín mostraron que en agosto los envíos de petróleo ruso a China aumentaron un 28 % interanual, hasta 1,96 millones de barriles diarios. La cantidad de petróleo saudí importado diariamente aumentó un 5 % con respecto al año anterior, hasta aproximadamente 2 millones de barriles.
A principios de este año, debido a la reducción de precios provocada por las sanciones de la Unión Europea, Rusia superó a Arabia Saudita como principal proveedor de petróleo de China.
Las exportaciones de petróleo ruso a China han aumentado un 7,3 % en lo que va de año, mientras que las entregas saudíes a la potencia económica de Asia han disminuido un insignificante 0,3 %.
Los datos mostraron que las importaciones de petróleo de Brasil y Angola sufrieron un descenso mucho más significativo el mes pasado, con los envíos de Brasil cayendo un 47 % y los de Angola un 34 %, respectivamente.
Según las cifras publicadas a principios de este mes, las importaciones totales de petróleo de China en agosto disminuyeron un 9,4 % interanual, hasta casi 9,5 millones de bpd. Ello se debió a la tibia demanda de los refinadores, acompañada de interrupciones en las refinerías y márgenes de refinado poco atractivos.
La demanda disminuyó como consecuencia de la reducción de las tasas de ejecución, que se situaron en torno al 65 % durante el mes, entre las refinerías chinas independientes.
Sin embargo, la media de importaciones de agosto fue superior a la de julio (8,79 millones de bpd). Los datos indicaron que China importó una media de 9,92 millones de barriles de petróleo al día durante los ocho primeros meses del año.
La media de importación de petróleo en los últimos ocho meses ha disminuido un 4,2 % en comparación con el mismo periodo del año anterior, principalmente como consecuencia de las limitaciones relacionadas con el COVID. Pekín no ha cambiado su política de cero COVID a pesar de sus efectos negativos sobre la economía y la demanda de petróleo en particular.