En tiempos de tensión y violencia entre Gaza e Israel, los medios internacionales tienden a centrarse principalmente en la destrucción y las muertes más recientes, especialmente en Gaza, en comparación con las profundas consecuencias psicológicas de la guerra. “Si sangra, lidera”, como dijo una vez el periodista de la revista New York, Eric Pooley.
Pero aún más raro que el diálogo sobre las consecuencias sociales a largo plazo de la violencia es el discurso posterior a los conflictos sobre las consecuencias económicas de las tensiones y el terrorismo. En el contexto del reciente crecimiento económico de la región adyacente a la Franja de Gaza de Israel, los cohetes representan un serio desafío, no solo para el bienestar físico y emocional de las familias en el área, sino también para el bienestar económico de la región.
Durante el año pasado, la población de las comunidades cercanas a Gaza ha aumentado, y con ello, signos positivos de crecimiento económico. A pesar de la amenaza de desbordamiento de la «Marcha del Retorno» palestina en la frontera con Gaza que ha tenido lugar casi todos los viernes durante un año, en ese mismo marco, más de 50 familias se han trasladado al área adyacente a la Franja de Gaza: 20 familias se mudaron a la comunidad fronteriza Kerem Shalom solamente. Un nuevo alcalde fue elegido en Sha’ar Hanegev, Ofir Libstein, cuya plataforma y visión se centran en impulsar el crecimiento económico en la región. Se están construyendo varios cientos de nuevos desarrollos de viviendas en Sderot y las comunidades aledañas, y han surgido nuevos negocios para diversificar la industria local.
Claramente, las comunidades adyacentes a Gaza están viendo los frutos de su enfoque en el desarrollo económico.
Pero mientras pasaron el año pasado avanzando, cuando la tensión aumenta, como lo presenciaron las comunidades en el ataque más reciente de cohetes palestinos en marzo, los negocios de la región a menudo vuelven a caer en el desorden. Los cohetes presentan varios desafíos para el crecimiento económico continuo, especialmente para las industrias de envío y manufactura que son comunes en el sur.
“Los problemas de seguridad y las alertas rojas tienen un impacto negativo en el desarrollo económico regional”, dijo Ofer Maimon, Director Ejecutivo de Eshkol Regional Enterprises Company y gerente de Avshalom Industrial Park. Le dijo a JNS: “Hay un problema con el transporte cuando hay alertas rojas; las reuniones se cancelan porque nadie quiere conducir en las carreteras”.
“Los negocios en la región ya experimentan desafíos que están lejos de la infraestructura, y luego, cuando se agregan francotiradores y bombas a eso, vemos un impacto negativo”, agregó.
Aun así, Maimon ha sido testigo del crecimiento de las comunidades y empresas en la región, así como de la cooperación comercial con esas compañías, “no solo como un caso de caridad, sino como una buena decisión empresarial”.