A medida que se acerca el invierno, Europa ha podido llenar sus instalaciones de almacenamiento de gas hasta casi el 90 %, pero hacerlo ha costado dinero. Para evitar el racionamiento o los apagones de este invierno, las empresas que consumen mucha energía están cerrando líneas de producción y fábricas enteras debido al elevado coste actual del gas y la energía. Mientras tanto, se insta continuamente a los propietarios de viviendas a conservar el gas y la electricidad.
La mayor parte de la UE, que ahora no tiene suministro de gas ruso, está haciendo un buen trabajo de almacenamiento de suministros alternativos. Sin embargo, los costes son importantes, al igual que los que deben asumir el gobierno, las empresas y los particulares.
Según datos de Gas Infrastructure Europe, las instalaciones de almacenamiento de gas en la UE estaban llenas en un 88,58 % a fecha de 9 de octubre. El almacenamiento de la mayor economía estaba lleno en un 94 % en Alemania, y en un 92,7 % en Italia.
“Esta vez, Europa tenía muchas ganas de que se llenara su capacidad de almacenamiento”. Según Anna Mikulska, investigadora no residente del Centro de Estudios Energéticos del Instituto Baker, “el invierno pasado aprendieron la lección de que no es bueno [no tener suficiente gas almacenado], especialmente si el suministro no está garantizado o no está claro”.
Durante la mesa redonda “Energy Market Update: Winter Is Coming”, celebrada la semana pasada, Mikulska afirmó que el almacenamiento se encuentra ahora en un nivel muy alto, que a veces supera el 100 %.
Sin embargo, la experta del sector señaló que “esto no ha salido gratis”.
Según Mikulska durante el panel, los comerciantes en un mercado competitivo, y no los productores y exportadores estadounidenses de GNL, establecen los altos precios que Europa está pagando por el GNL.
Según explicó, las empresas compran el gas a los proveedores estadounidenses y este suele viajar a las zonas con los precios más altos.
La demanda europea, que busca frenéticamente el suministro de gas y está dispuesta a pagar mucho dinero por la entrega al contado, superando la oferta de la mayor parte de Asia, se ha satisfecho en gran parte gracias al GNL estadounidense.
Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, este país será el principal exportador de GNL en el primer semestre de 2022 debido a la creciente demanda en Europa, los altos precios del gas natural y la capacidad de exportación adicional.
Mientras Moscú reducía su suministro a Europa, la Unión Europea compró por primera vez más GNL de Estados Unidos que gas por gasoducto de Rusia en junio.
Según los datos de Refinitiv Eikon publicados por Reuters a principios de este mes, hasta el 70 % de todos los envíos de GNL de Estados Unidos en septiembre se destinaron a Europa, frente al 63 % de agosto.
Sin embargo, este aumento del suministro de GNL para asegurar el invierno en Europa tiene un precio.
“Se tradujo en una disminución de la demanda industrial. Y es la principal narrativa de este invierno y del año que viene. No se trata solo de la incapacidad de calentar los hogares, que sin duda evitará, sino también de la capacidad de Europa para superar la crisis económica que ha provocado la reducción del suministro de gas a la industria”, añadió Mikulska.
Se prevé que el uso de gas natural en la industria generadora de electricidad en Europa disminuya en torno a un 3 % este año como consecuencia de los precios exorbitantes y de un mercado del gas muy competitivo. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) predijo un descenso del 20 % en el consumo industrial de gas en su informe trimestral sobre el mercado del gas publicado a principios de este mes.
Las empresas europeas que hacen un uso intensivo de la energía, como los productores de acero y los fundidores de aluminio, cobre y zinc, ya han comunicado a los responsables políticos de la UE que el aumento de los precios del gas y la electricidad supone una amenaza existencial para sus empresas.
El director de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE, Keisuke Sadamori, declaró que “todos los indicios apuntan a que los mercados seguirán muy ajustados hasta 2023”.
Es posible que Europa sufra cortes de electricidad o racionamiento este invierno, a pesar de las elevadas importaciones de GNL y las prisas por construir terminales de importación de GNL, así como una desindustrialización a más largo plazo, ya que las empresas que hacen un uso intensivo de la energía trasladan parte de su producción fuera del continente.
La UE ha reconocido que para que el mercado del gas se equilibre pronto, el aumento de la oferta de gas no ruso debe ir acompañado de un descenso de la demanda. El regulador alemán lleva meses instando a reducir “sustancialmente” el consumo de gas para evitar una emergencia gasística y el consiguiente racionamiento del uso del gas.