La guerra contra Hamás en Gaza ha causado un desperdicio de alimentos que le costó a la economía israelí cerca de 1.000 millones de NIS (275 millones de dólares) en los primeros seis meses de conflicto, según un informe reciente. Este estudio, parte del Informe anual sobre desperdicio y rescate de alimentos de enero, fue elaborado por Leket Israel y los consultores de BDO, en colaboración con el Ministerio de Protección Ambiental.
Entre octubre y abril, alrededor del 22% de la producción de frutas y verduras se desperdició, un aumento significativo en comparación con el promedio del 9% durante el mismo período previo a la guerra. Los daños de la guerra, las restricciones de acceso a los campos y una disminución del 40% en la fuerza laboral agrícola contribuyeron a una escasez de productos, lo que provocó un incremento del 18% en los precios de las verduras y del 12% en las frutas.
Gidi Kroch, director ejecutivo de Leket Israel, destacó que estos datos reflejan la importancia de apoyar la agricultura local en lugar de depender de importaciones. “Fortalecer la agricultura local es una necesidad económica esencial y una condición necesaria para garantizar la seguridad alimentaria y fortalecer la resiliencia nacional de los ciudadanos de Israel”, afirmó.
El éxodo de trabajadores agrícolas extranjeros tras el ataque del 7 de octubre por terroristas de Hamás, junto con la prohibición de entrada para muchos trabajadores agrícolas palestinos, exacerbó la situación. Según el estudio, sin la ayuda de los cientos de miles de voluntarios que rescataron más de 35.000 toneladas de productos, el desperdicio de alimentos habría alcanzado el 25%.
Leket Israel, una organización que movilizó a 70.000 voluntarios tanto de Israel como del extranjero, ha sido clave en rescatar alimentos que de otro modo se habrían desperdiciado, distribuyéndolos a través de unas 200 organizaciones sin fines de lucro.
Israel posee más de 2,5 millones de dunams (10 millones de acres) de tierras agrícolas dedicadas al cultivo de frutas, verduras y otros cultivos. Alrededor del 20% de estas tierras se encuentran cerca de la frontera con Gaza, incluyendo un 60% de la superficie dedicada al cultivo de patatas, un 50% para tomates y un 40% para zanahorias y coles. Desde el ataque de Hamás, gran parte de estas tierras han quedado inaccesibles debido a la inseguridad.
En la frontera norte con Líbano, la guerra con Hezbolá ha intensificado los problemas, con ataques casi diarios que han provocado la muerte de 24 civiles israelíes y 18 soldados y reservistas. El reciente ataque con misiles por parte de Hezbolá, que mató a doce niños y adolescentes en la ciudad drusa de Majdal Shams, ha aumentado los temores de una posible guerra total.
Esta región es crucial para la producción agrícola del país, siendo responsable del 60% de los huertos de manzanos y más del 35% de los melocotoneros, además de ser una fuente importante de huevos y carne de pavo.
El informe calculó el costo del desperdicio de alimentos combinando 670 millones de NIS (185 millones de dólares) en alimentos perdidos, 135 millones de NIS (35 millones de dólares) en costos ambientales, y 210 millones de NIS (60 millones de dólares) en costos de atención médica adicionales por el consumo de alimentos menos saludables.
Chen Herzog, economista jefe de BDO, destacó la necesidad de aumentar la producción agrícola, enfrentar los desafíos laborales y proporcionar incentivos para apoyar a la agricultura israelí, especialmente en las comunidades afectadas por Hamás y Hezbolá.