El USGS revela vastas reservas de petróleo y gas sin explotar, lideradas por Alaska, lo que impulsa el dominio energético bajo la administración Trump.
Reservas de petróleo sin explotar fortalecen la seguridad energética
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) publicó un informe que estima 29.400 millones de barriles de petróleo sin explotar en tierras federales. Alaska encabeza la lista con 14.460 millones de barriles, seguida por Nuevo México con 8.925 millones y Nevada con 1.400 millones. Además, las reservas de gas natural alcanzan 391,55 billones de pies cúbicos. Este hallazgo refuerza la estrategia de la administración de Donald Trump, que prioriza la expansión de la perforación en tierras federales para garantizar energía asequible y aumentar las exportaciones.
La política energética de Trump marca un cambio respecto a la administración anterior. Durante el mandato de Joe Biden, las regulaciones restringieron la perforación en tierras federales, lo que limitó el acceso a recursos energéticos. Biden implementó medidas para frenar la explotación de hidrocarburos, porque argumentó preocupaciones ambientales. En contraste, Trump eliminó restricciones y promovió incentivos para la industria, con el objetivo de mantener el dominio energético estadounidense. El informe del USGS valida esta dirección.
El secretario del Interior, Doug Burgum, subrayó la importancia del descubrimiento: “El dominio energético estadounidense es más importante que nunca. Burgum destacó que la evaluación del USGS permite una gestión responsable de los recursos, con un equilibrio entre seguridad energética y oportunidades económicas. La industria energética, sin embargo, enfrenta retos, como la reciente disminución de plataformas de perforación debido a precios internacionales débiles antes del ataque de Israel a Irán el 13 de junio de 2025, que elevó los precios del crudo.
Actualmente, el petróleo WTI cotiza cerca de 76 dólares por barril, impulsado por tensiones en Oriente Medio. Este repunte marca la tercera semana consecutiva de alzas, aunque las petroleras adoptan una postura cautelosa. La industria evalúa las perspectivas a largo plazo, ya que los sitios de perforación más accesibles y económicos se agotan. La Cuenca Pérmica, principal motor de la producción estadounidense, enfrenta costos crecientes y límites geológicos en algunas áreas, lo que genera incertidumbre sobre su capacidad para mantener el ritmo de producción.
Datos clave sobre las reservas de hidrocarburos en tierras federales
- Alaska: 14.460 millones de barriles de petróleo sin explotar, la mayor reserva identificada.
- Nuevo México: 8.925 millones de barriles, segundo estado con mayor potencial petrolero.
- Nevada: 1.400 millones de barriles, con reservas significativas, pero menores.
- Gas natural: 391,55 billones de pies cúbicos estimados en tierras federales.
- Impacto económico: La explotación de estas reservas podría generar miles de empleos y aumentar las exportaciones energéticas.
La Cuenca Pérmica y los límites de la producción actual
La Cuenca Pérmica, ubicada entre Texas y Nuevo México, ha sido el pilar del crecimiento petrolero estadounidense durante la última década. Este yacimiento compensó las caídas en otros campos de esquisto y mantuvo la producción nacional en niveles récord. Sin embargo, las áreas más productivas del Pérmico enfrentan un agotamiento gradual, y los costos de perforación aumentan en zonas menos prolíficas. Algunos analistas sugieren que el Pérmico podría experimentar otro auge, pero el informe del USGS reduce la dependencia de este yacimiento al destacar reservas en otras regiones.
El descubrimiento de 29.400 millones de barriles en tierras federales mitiga preocupaciones sobre una posible escasez de recursos. Alaska, con su vasto potencial, emerge como una alternativa estratégica para la industria. La explotación de estas reservas dependerá de factores económicos, como los precios del crudo y los costos de extracción. A nivel global, los nuevos descubrimientos de petróleo son escasos, lo que aumenta el valor de las reservas estadounidenses y podría justificar inversiones significativas en el corto plazo.
La industria petrolera opera con cautela tras años de volatilidad en los precios. Antes del reciente repunte, el número de plataformas de perforación en Estados Unidos disminuyó. El ataque de Israel a Irán alteró esta dinámica, porque elevó los precios del crudo y renovó el interés en la producción. Sin embargo, las petroleras priorizan la rentabilidad a largo plazo, con una evaluación cuidadosa de la viabilidad de nuevos proyectos en tierras federales.
El informe del USGS llega en un momento de tensiones geopolíticas y debates internos sobre el uso de tierras públicas. Mientras la administración Trump impulsa la perforación, grupos ambientalistas critican la explotación de recursos en tierras federales. Una publicación del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, citada por Bloomberg, afirmó que las tierras públicas deben preservarse para el beneficio colectivo, no para enriquecer a la industria energética. El Center for American Progress argumentó que más perforaciones no reducirían los costos energéticos para los consumidores, porque acusó a las petroleras de manipular precios.
Perspectivas a largo plazo para el dominio energético
A pesar de las críticas, el sector energético cuenta con el respaldo de instituciones financieras que han aumentado sus inversiones en petróleo y gas. Los bancos, que previamente priorizaron compromisos climáticos, ahora reconocen la demanda sostenida de hidrocarburos. Este cambio fortalece la posición de Estados Unidos como líder energético, especialmente tras el descubrimiento de reservas masivas en tierras federales. La viabilidad de explotar estos recursos dependerá de los precios del crudo, que actualmente superan los 75 dólares por barril, y de la estabilidad política en los próximos años.
La incertidumbre sobre futuras administraciones plantea riesgos para la industria. Un cambio en la política federal podría reintroducir restricciones a la perforación, como ocurrió bajo Biden. Por ahora, la administración Trump capitaliza el informe del USGS para avanzar en su agenda de energía asequible y exportaciones robustas. Las reservas en Alaska, Nuevo México y Nevada ofrecen una base sólida para mantener la producción, incluso si la Cuenca Pérmica alcanza sus límites.
El descubrimiento del USGS posiciona a Estados Unidos como un actor dominante en el mercado energético global. Con 29.400 millones de barriles de petróleo y más de 391,55 billones de pies cúbicos de gas natural, las tierras federales representan una oportunidad estratégica para la seguridad energética. La explotación de estos recursos dependerá de decisiones económicas y políticas, pero el potencial para sostener el liderazgo energético del país es innegable.
Las tensiones en Oriente Medio, junto con la escasez de nuevos descubrimientos globales, refuerzan la importancia de las reservas estadounidenses. Mientras el crudo WTI se mantiene en niveles atractivos, la industria evalúa cómo aprovechar las oportunidades identificadas por el USGS. El futuro del dominio energético estadounidense se apoya en la gestión responsable de estos recursos y en la capacidad de la industria para adaptarse a un entorno económico y político que cambia constantemente.