El Al, aerolínea de bandera israelí, informó un aumento de casi 260 % en sus ganancias del tercer trimestre, atribuido a un cuasi monopolio generado por la suspensión de vuelos de la mayoría de aerolíneas extranjeras hacia y desde Tel Aviv durante la guerra en Gaza.
Entre julio y septiembre, la empresa registró beneficios de 187 millones de dólares, muy por encima de los 52 millones del mismo periodo en 2022, previo al conflicto iniciado tras el ataque del grupo terrorista Hamás el 7 de octubre de 2023. Los ingresos totales crecieron un 43 %, alcanzando 1.000 millones de dólares, comparados con los 696 millones del año anterior. En promedio, sus aviones operaron con un 94 % de ocupación, frente al 88 % del mismo trimestre en 2022.
Desde el inicio de la guerra en octubre, la mayoría de aerolíneas extranjeras han suspendido operaciones hacia Israel, dejando el mercado a El Al, aerolíneas israelíes más pequeñas y unas pocas internacionales, principalmente de Europa del Este y el Golfo Pérsico. Sin embargo, algunas compañías importantes han mantenido servicios limitados.
Israel sostiene que su espacio aéreo es seguro, aunque asegura que cerrará los cielos si fuera necesario.
El incremento de ganancias de El Al ha desatado críticas por presunta especulación con los precios y lucro a raíz de la guerra, acusaciones que la compañía rechaza.