El déficit fiscal de Israel ha llegado al 8,1% del producto interno bruto (PIB), equivalente a 8.500 millones de NIS (2.200 millones de dólares), en julio respecto a los 12 meses anteriores, según cifras preliminares del Ministerio de Finanzas.
Este incremento se produce mientras el gobierno sigue invirtiendo miles de millones de shekels en la prolongada guerra contra Hamás y el intenso conflicto con Hezbolá.
Por cuarto mes consecutivo, el déficit supera el objetivo gubernamental del 6,6% del producto nacional establecido para 2024. En 2023, Israel registró un déficit presupuestario del 4,2%.
En junio, el déficit fue del 7,6% del PIB, del 7,2% en mayo y del 7% en abril, reflejando un aumento en el gasto militar y civil.
El gasto gubernamental en julio ascendió a 49.400 millones de NIS, elevando el gasto total desde principios de año a unos 350.000 millones de NIS, un aumento acumulado del 33% en comparación con el mismo período de 2023. Los costos de la guerra, desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, se han disparado a 88.400 millones de NIS.
“El incremento se debe principalmente a los altos gastos en defensa y seguridad, así como a los ministerios civiles a causa de la guerra, además de los rígidos pagos derivados de los acuerdos”, señala el Ministerio de Finanzas en su informe.
En julio, los ingresos estatales fueron de 40.900 millones de shéquels, comparados con los 39.100 millones del mismo mes del año anterior.
Los ingresos totales desde principios de año ascendieron a unos 277.800 millones de shéquels, frente a los 269.400 millones del mismo período del año anterior, lo que representa un aumento del 3,1%.