La Oficina Central de Estadísticas de Israel informó que el PIB per cápita del país disminuyó un 0,9% anualizado en el segundo trimestre de 2024.
Este dato supone una revisión significativa respecto a la estimación inicial, que apuntaba a una caída del 0,4% anualizado en el mismo periodo. Cabe destacar que estas cifras aún son provisionales y podrían ser ajustadas en futuras revisiones.
Durante el segundo trimestre del año, el PIB mostró un crecimiento del 0,7% en comparación con el trimestre anterior. Sin embargo, la producción del sector privado sufrió una contracción del 2,7%. Este descenso fue contrarrestado por un considerable aumento del gasto público, ya que el consumo del sector público se incrementó en un 8,2% respecto al primer trimestre.
En términos interanuales, el PIB descendió un 1,5% en comparación con el segundo trimestre de 2023. En este mismo periodo, el sector privado vio caer su producción un 5,1%, mientras que el gasto público creció un notable 22,9%.
En cuanto al comercio exterior, las exportaciones de bienes y servicios, excluyendo diamantes y adquisiciones de empresas emergentes, bajaron un 8,4% anualizado en el segundo trimestre. Por otro lado, las importaciones, sin incluir las de defensa ni diamantes, disminuyeron un 9,3%.
Estos datos reflejan un debilitamiento en la economía israelí, particularmente en el sector privado. No obstante, el gasto gubernamental en defensa y en áreas civiles relacionadas con la guerra actual ha evitado que la caída del PIB sea aún más pronunciada.
A pesar de este contexto económico, la tasa de desempleo alcanzó en agosto un mínimo histórico del 2,6%, la más baja en más de medio siglo, desde la Guerra de Yom Kippur en 1973. Incluso con los ajustes estacionales, el desempleo en el último mes se situó en el 2,7%. Este bajo nivel de desempleo se debe, en gran parte, a la escasez de trabajadores provocada por el reclutamiento masivo de reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).