Ahora que la crisis energética mundial ha azotado la economía de China, provocando el primer PMI contractivo desde marzo de 2020 como resultado de los paros generalizados de fábricas y manufacturas, por no hablar de los cientos de millones de residentes chinos que sufren apagones periódicos, Bloomberg informa de que los funcionarios del gobierno central de China “ordenaron a las principales empresas energéticas estatales del país que aseguraran el suministro para este invierno a toda costa”.
Traducción: Pekín ya no está dispuesto a arriesgarse a la ira social y en adelante China subvencionará el carbón y el gas natural, lo que llevará a precios aún más altos, lo que llevará a precios aún más altos para otras materias primas “sustitutivas” como el petróleo, razón por la cual el petróleo subió al conocerse la noticia.
La noticia se produce después de que el miércoles se informara de que China permitirá que el aumento de los precios del carbón se traslade a las fábricas en los precios de la electricidad. Pero prepárense para un aumento del IPP, que probablemente no se permitirá trasladar al IPC debido a la “prosperidad común”. Lo que lógicamente significa el colapso de los márgenes, y el cierre – por lo que aún más escasez estructural. A no ser que consigamos algún tipo de subvención estatal, o precios diferenciados para el mercado exterior y el nacional. Solía haber un nombre para ese tipo de economía. Wall Street solía fingir que no le gustaba.
Según Bloomberg, la orden vino directamente del viceprimer ministro Han Zheng, que supervisa el sector energético y la producción industrial de la nación, y se dio durante una reunión de emergencia a principios de esta semana con funcionarios del regulador de activos estatales de Pekín y de la agencia de planificación económica. La conclusión, según fuentes de Bloomberg, es que “no se tolerarán los apagones”.
Lo que significa simplemente que los cuellos de botella de la cadena de suministro están a punto de empeorar, ya que China se lanzará con más fuerza a por el poco suministro de carbón y GNL que hay. No está claro si también significa que Pekín está a punto de abandonar su irrisoria búsqueda de la descarbonización.
La reunión de emergencia subraya la crítica situación de China. Una grave crisis de escasez de energía se ha apoderado del país, y varias regiones han tenido que restringir el suministro de energía al sector industrial, y algunas zonas residenciales han sufrido incluso apagones repentinos.
Como muestra de la preocupación de los funcionarios chinos, el primer ministro Li Keqiang prometió durante la noche que no se escatimarán esfuerzos para mantener el crecimiento económico. China garantizará la satisfacción de las necesidades de los medios de subsistencia básicos y mantendrá estables las cadenas industriales y de suministro, según declaró Li a la radio nacional china durante una reunión con diplomáticos extranjeros el jueves.
La conclusión es que China ha alcanzado finalmente el límite de la desaceleración que está dispuesta a tolerar y Pekín está a punto de desencadenar un tsunami de estímulos monetarios y fiscales. También significa que los precios de las materias primas están a punto de volverse absolutamente locos este invierno.