El Reino Unido ha anunciado oficialmente que ha dejado de importar gas natural licuado (GNL) ruso, y el Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha calificado la medida de consecuencia directa de los ingresos procedentes del gas que financian la actual guerra de Rusia contra Ucrania.
“Hoy el Reino Unido ha puesto fin a todas las importaciones de gas natural licuado ruso. Estamos impidiendo que Putin financie su guerra ilegal y apoyando a países de todo el mundo para que reduzcan su propia dependencia”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores en un tuit.
Estados Unidos se ha convertido en el principal proveedor de GNL del Reino Unido y otras naciones europeas.
Europa se ha esforzado por desvincularse de los productos energéticos rusos desde que éstos invadieron Ucrania. La Unión Europea ha prohibido el carbón ruso y planea bloquear la mayoría de las importaciones de petróleo ruso para finales de 2022 en un intento de privar a Moscú de una importante fuente de ingresos para librar su guerra en Ucrania.
Pero deshacerse del gas ruso ha resultado ser más oneroso de lo que Europa hubiera esperado. Mientras que el suministro de gas ruso por gasoducto -la mayor parte de las importaciones europeas de gas antes de la guerra en Ucrania– se ha reducido a un goteo, Europa ha estado comprando con avidez GNL ruso. Según The Wall Street Journal, las importaciones de gas natural licuado ruso aumentaron un 41% interanual hasta agosto.
“El GNL ruso ha sido el caballo negro del régimen de sanciones”, declaró a WSJ Maria Shagina, investigadora del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Londres. Los importadores de GNL ruso a Europa han argumentado que los envíos no están cubiertos por las actuales sanciones de la UE y que la compra de GNL a Rusia y a otros proveedores ha contribuido a mantener bajo control los precios europeos de la energía.
Los precios del gas natural en Europa se han desplomado en los últimos meses y la CNBC ha informado de que una “oleada de buques metaneros está agobiando a Europa en una crisis energética y golpeando los precios del gas natural”. Según MarineTraffic vía CNBC, 60 petroleros de GNL, o ~10% de los buques de GNL en el mundo, están actualmente navegando o anclados alrededor del noroeste de Europa, el Mediterráneo y la Península Ibérica. Estos buques se consideran almacenamientos flotantes de GNL, ya que no pueden descargar, algo que está repercutiendo en el precio del gas natural y en las tarifas de flete.