El Tesoro trata de limitar la competencia del Ministerio de Protección del Medio Ambiente en el control de la contaminación, pero el Ministerio dice que el Tesoro piensa sobre todo en el impacto económico en la industria.
En la elaboración del nuevo presupuesto del Estado, el Tesoro pretende transferir la autoridad sobre esta cuestión a comités ministeriales o a la Oficina del Primer Ministro. A los grupos ecologistas les preocupa que esto pueda ahogar el control de las grandes instalaciones de infraestructura por parte del Ministerio de Protección del Medio Ambiente.
“El gobierno no distingue entre burocracia y regulación”, dijo a Haaretz la directora del grupo ecologista Zalul, Maya Jacobs. “Estamos de acuerdo en que debe haber un alivio de la carga burocrática, pero no a costa de debilitar importantes leyes medioambientales”.
El director del grupo ecologista Adam Teva V’Din, Amit Bracha, añade que “el gobierno propone lo contrario de una regulación inteligente. Esto conducirá a una disminución de la profesionalidad y a un perjuicio para el medio ambiente y la salud pública”.
Según el Tesoro, el coste anual de la regulación medioambiental para las empresas israelíes es de 3.700 millones de shekels (1.130 millones de dólares).
La semana pasada el Tesoro, o el Ministerio de Finanzas, envió al Primer Ministro Naftali Bennett un proyecto de cambios para fomentar el crecimiento económico. Una de las propuestas es establecer, mediante legislación, una autoridad reguladora en la Oficina del Primer Ministro que podría supervisar la regulación que un comité ministerial defina como “problemática”.
Esta propuesta está suscitando inquietud en otros ministerios, ya que reduciría sus competencias. La definición exacta de “regulación problemática” sigue sin estar clara. A juzgar por otras declaraciones del Ministerio de Hacienda, parece incluir los casos que implican múltiples licencias y permisos, o exigencias que el ministerio considera demasiado estrictas, como en las tecnologías avanzadas.
Durante años, el Ministerio de Hacienda y la Oficina del Primer Ministro han considerado la posibilidad de cambiar los procedimientos normativos, pero esta vez parece que sus posibilidades son mayores porque hay muchas posibilidades de que el nuevo gobierno apruebe un presupuesto estatal.
El Ministerio de Hacienda afirma que Israel tiene requisitos medioambientales más estrictos que otros países de la OCDE. Los representantes de la industria han criticado los objetivos de contaminación atmosférica que consideran demasiado estrictos.
El Tesoro dice que las estipulaciones de los permisos del Ministerio de Protección Ambiental cambian con frecuencia, y que el ministerio no tiene en cuenta las consideraciones económicas, lo que eleva el coste de los proyectos de infraestructura.
El Tesoro quiere que solo haya una autoridad que expida los permisos, por 10 años y sin cambios durante ese tiempo. Además, el Ministerio de Hacienda quiere que los requisitos reglamentarios se ajusten a los de otros países de la OCDE y que se tengan en cuenta los gastos medioambientales de las empresas.
Asimismo, según la propuesta de Hacienda, un comité ministerial podrá anular las decisiones del Ministerio de Protección Ambiental sobre la concesión de licencias a las instalaciones.
Otra propuesta es la de establecer un mecanismo para presentar reservas a las demandas de regulación que tengan importantes ramificaciones económicas. Una agencia gubernamental tendría la autoridad para anular los requisitos reglamentarios.
El Ministerio de Protección Medioambiental tiene una gran influencia en la concesión de permisos a las empresas. Pero en los últimos años la supervisión y el cumplimiento de la normativa se han visto comprometidos por la escasez de personal.
Los anteriores ministros de Medio Ambiente, Gila Gamliel y Zeev Elkin, eran conscientes de la escasez, pero no pudieron rectificar la situación. La nueva ministra, Tamar Zandberg, pretende dejar claro que el ministerio no podrá promulgar cambios normativos sin un aumento significativo de la plantilla.
El Ministerio de Protección Medioambiental está de acuerdo en que la normativa puede mejorarse, principalmente simplificando la concesión de permisos. El ministerio se opone firmemente a la creación de comités u otros mecanismos gubernamentales que puedan limitar las iniciativas lanzadas por el ministerio.
Un posible resultado de esta medida sería que el ministerio propusiera un objetivo más estricto para prevenir la contaminación atmosférica y que un comité lo rechazara.
“Un comité de este tipo podría cambiar o anular las cláusulas medioambientales de las licencias comerciales”, dijo una fuente de Adam Teva V’Din. “De todos los cambios propuestos, éste constituye el mayor riesgo”.
El Tesoro, por su parte, dice que el Ministerio de Protección Medioambiental no se ciñe suficientemente al llamado análisis de impacto normativo, RIA, tal como se emplea en los países de la OCDE. El RIA analiza el efecto de la regulación.