Aunque la demanda global por energías renovables ha incrementado, el consumo de carbón alcanzó su máximo histórico en 2022 con 8.300 millones de toneladas, de acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
China e India impulsan el auge de la producción de carbón
A pesar del creciente interés global por las energías limpias, China e India han registrado un notable crecimiento en la producción y consumo de carbón. Ambos países, fundamentales en la economía mundial, justifican su dependencia del carbón en términos de seguridad energética y desarrollo económico.
La Guerra entre Rusia y Ucrania en 2022 provocó una conmoción en los mercados energéticos, llevando a las economías a buscar alternativas en la cadena de suministro de energía. Mientras Occidente apostó por las energías renovables, China e India han visto un auge en la industria del carbón.
Según la AIE, China e India compensaron con creces los descensos de consumo en Estados Unidos y la Unión Europea, con un crecimiento de más del 5 % durante el primer semestre del año pasado.
El reto de la transición energética en China e India
Abandonar el carbón implica un desafío político para India y China, países que han criticado a las naciones desarrolladas por su histórico consumo de combustibles fósiles. Ambas naciones han manifestado en el pasado su resistencia a los acuerdos climáticos internacionales que buscan limitar el uso de carbón.
En la conferencia COP26 de las Naciones Unidas, ambas potencias modificaron el lenguaje del pacto, permitiendo una “reducción gradual” del carbón en lugar de su “eliminación gradual”. La India ha cuestionado cómo se espera que los países en desarrollo hagan compromisos para eliminar el carbón y los subsidios a los combustibles fósiles, cuando su principal preocupación es reducir la pobreza.
China, por su parte, ve en el carbón un pilar de seguridad energética. A pesar de liderar en el crecimiento de energías renovables, mantiene su dependencia del carbón por considerarlo un recurso fiable y crucial para su economía.
La compleja y costosa transición hacia las energías limpias
El coste de la transición de India hacia energías limpias se estima alrededor del billón de dólares. Sin embargo, es un paso necesario para cumplir con los objetivos globales de emisiones y combatir el cambio climático.
Este cambio implicará una cooperación internacional sin precedentes y enormes desafíos dados los lazos políticos de China e India con el carbón. A pesar de los esfuerzos y compromisos internacionales, se espera que el uso de carbón se mantenga en niveles casi récord, al menos hasta 2023.