La sucursal israelí de Ben & Jerry’s podrá seguir vendiendo su producto en Judea y Samaria indefinidamente, según anunció el miércoles la empresa matriz del conglomerado de helados, Unilever, tras llegar a un acuerdo con el franquiciado.
El anuncio pone fin a una disputa de un año que comenzó cuando Ben & Jerry’s anunció que ya no permitiría que sus productos se vendieran en el “territorio palestino ocupado” y que no renovaría su acuerdo de licencia único con Ben & Jerry’s Israel, que había funcionado de una forma u otra durante 34 años, más allá de su plazo actual, que expira a finales de 2022.
Tras el anuncio, el director de Ben & Jerry’s Israel, Avi Zinger, presentó una demanda contra Ben&Jerry’s y Unilever por verse obligado a infringir la legislación israelí y estadounidense al retirar sus productos de los clientes israelíes y palestinos de Judea y Samaria.
La sucursal israelí también podrá vender helados con etiquetas en hebreo y árabe en todo Israel bajo la plena propiedad de su actual licenciatario.
“Unilever está muy orgulloso de nuestro negocio en Israel, que suministra productos domésticos cotidianos a personas de todo el país. En la actualidad, Unilever Israel emplea a unas 2.000 personas de diversos orígenes, cuenta con cuatro plantas de fabricación locales y trabaja con una red de unos 2.000 proveedores y prestadores de servicios locales, lo que contribuye a mantener los medios de vida de decenas de miles de israelíes en toda su cadena de valor”, dijo la empresa en un comunicado.
El ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, alabó el anuncio y dijo que “el antisemitismo no nos vencerá, ni siquiera cuando se trate de helados”.