Tras la dependencia de uranio proveniente de Rusia, Estados Unidos prepara un cambio significativo en su política de importación y producción de este recurso energético vital.
Historial de la dependencia de uranio ruso
En marzo de 2022, a raíz de la invasión rusa a Ucrania, el presidente Biden estableció la prohibición de importar hidrocarburos rusos como petróleo, GNL y carbón. A pesar de que Rusia representaba solo el 3 % de las importaciones de crudo estadounidense, un recurso energético crucial no estaba incluido en esa prohibición: el uranio.
Durante años, Estados Unidos ha importado aproximadamente el 14 % de su uranio y el 28 % de todos los servicios de enriquecimiento desde Rusia. Las cifras son aún más elevadas para la Unión Europea, con un 20 % y 26 % en importaciones y servicios de enriquecimiento, respectivamente. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, instó a detener las importaciones rusas de uranio a raíz de incidentes cercanos a la central ucraniana de Zaporizhzhya.
Anualmente, empresas de Estados Unidos remiten más de 1.000 millones de dólares a Rosatom, la agencia nuclear estatal rusa, e importaron otros 411,5 millones de dólares en uranio enriquecido solo en el primer trimestre de 2023.
Riesgos de la dependencia y llamados a la acción
El peligro de esta dependencia radica en la capacidad de Rusia para desestabilizar el sector nuclear occidental. La mayoría de las empresas de servicios públicos en occidente mantienen inventarios de combustible por apenas 18 meses, lo que podría llevar a una crisis si Rusia decide cortar suministros.
Pranay Vaddi, asesor nuclear de la Casa Blanca, subrayó el riesgo, indicando: “Estamos soportando los costes de una dependencia excesiva de Rusia para el combustible nuclear”.
La solución: Ampliación de la planta de Urenco
Una posible solución a esta dependencia se vislumbra con la ampliación de la planta de Urenco en Nuevo México. Esta instalación, que data del Proyecto Manhattan, está en proceso de incrementar su producción de uranio enriquecido en un 15 %.
Con un valor de 5.000 millones de dólares, la planta alberga centrifugadoras avanzadas que separan los isótopos de uranio necesarios para el combustible nuclear. Urenco, que satisface alrededor de un tercio de la demanda estadounidense, podría, con esta expansión, sustituir la cuota que actualmente ocupa Rosatom en el mercado estadounidense.
Karen Fili, directora ejecutiva de la filial estadounidense de Urenco, afirmó: “El aumento de la producción de Urenco bastaría para cubrir cualquier déficit de las importaciones rusas”.
Reacción del Kremlin y perspectivas europeas
El Kremlin, al conocer los esfuerzos de independización energética de Estados Unidos y Europa, ha minimizado el impacto de estas acciones. Ha señalado históricos intentos fallidos en Europa de establecer cadenas de suministro de uranio enriquecido de manera independiente.
Por otro lado, Europa ha demostrado resiliencia energética, manteniendo sus reservas de gas natural, a pesar de las advertencias de Putin sobre posibles escaseces.
El torio: la “gran esperanza verde” frente al uranio
La energía nuclear podría beneficiarse enormemente de una transición del uranio al torio, considerado como la “gran esperanza verde” del sector. El torio produce menos residuos, más energía, y carece de subproductos adecuados para armas. A diferencia del uranio, el torio también tiene la capacidad de consumir las reservas existentes de plutonio.
La búsqueda de sustituir el uranio se debe a la promesa de Biden de alcanzar una energía 100 % libre de carbono en 2035. A pesar de que el combustible nuclear tradicional es bajo en carbono, genera residuos significativos que el torio podría minimizar.
Organizaciones como el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE), el Centro de Ingeniería y Ciencia Nuclear de Texas A&M, y el Laboratorio Nacional de Idaho (INL) han colaborado con Clean Core Thorium Energy (CCTE) para desarrollar ANEEL, una combinación de torio y “High Assay Low Enriched Uranium” (HALEU).
ANEEL: La innovadora combinación de torio y HALEU
ANEEL (Advanced Nuclear Energy for Enriched Life) es la solución propuesta para abordar los problemas de costos elevados y residuos tóxicos asociados con el uranio. La distinción clave entre ANEEL y el uranio está en el nivel de enriquecimiento de este último.
Los reactores modernos necesitarán combustible con un enriquecimiento de hasta el 20 %. CCTE ya ha comenzado adaptaciones de diseño para incorporar ANEEL, previendo su uso comercial para 2024. Hace dos años, la Comisión Reguladora Nuclear de EE. UU. (NRC) aprobó a Centrus Energy para producir HALEU en Ohio, siendo la primera planta en EE. UU. en hacerlo.
ANEEL es versátil: aunque es óptimo para reactores de agua pesada, también es compatible con reactores de agua en ebullición y de agua a presión. Su tasa de quemado es significativamente mayor que el uranio, permitiendo más tiempo operativo entre recargas.
Beneficios del torio sobre el uranio
El torio ofrece una serie de ventajas. Una de las más notables es la reducción en los residuos de plutonio en más del 80 %. Además, tiene un punto de fusión más alto y una temperatura de operación más baja que el uranio, lo que lo hace intrínsecamente más seguro.
El plutonio, aunque tóxico, tiene una vida media mucho más corta que el uranio 235. Asimismo, en términos de disponibilidad, la corteza terrestre contiene más del doble de torio que de uranio. Específicamente, en la India, el torio es cuatro veces más abundante. Esta materia prima puede extraerse del agua de mar, convirtiéndola en una fuente casi inagotable.
Las propiedades energéticas renovables del torio son notablemente superiores, destacando su capacidad de producir energía limpia y renovable.
Avances en licencias y planificación
En febrero, Clean Core Thorium Energy y la Comisión Canadiense de Seguridad Nuclear (CNSC) iniciaron la planificación previa para licencias de torio y HALEU de ANEEL, evidenciando progresos significativos en la incorporación del torio en la industria nuclear.
La colaboración entre entidades gubernamentales y privadas refleja la seriedad y el compromiso hacia una energía nuclear más limpia y sostenible.
El respaldo del gobierno de EE. UU. y la adaptación tecnológica actual indican que el torio puede convertirse en el estándar para la producción de energía nuclear en un futuro próximo.