Las exportaciones de petróleo desde Ust-Luga, la segunda instalación más grande de Rusia en el Mar Báltico, han registrado una caída inesperada en las últimas semanas, generando dudas sobre los flujos de crudo del país en un contexto de sanciones occidentales cada vez más estrictas. Según datos de seguimiento recopilados por *Bloomberg*, en la primera quincena de enero, los flujos desde Ust-Luga promediaron 277.000 barriles diarios, un descenso del 44% respecto a los niveles ya reducidos de diciembre, y están en camino de ser los más bajos desde julio de 2021.
Aunque la administración Biden anunció nuevas sanciones agresivas contra los exportadores y petroleros rusos el 10 de enero, la caída en Ust-Luga se produjo antes de la entrada en vigor de estas medidas. Durante las dos últimas semanas de diciembre, seis de los catorce cargamentos programados en Ust-Luga no se cargaron, y Rusia exportó menos crudo de lo habitual en enero. A pesar de la especulación sobre el impacto de las sanciones, el gobierno ruso no ha ofrecido explicaciones claras sobre esta drástica disminución.
Diversos factores parecen haber contribuido a esta caída. En primer lugar, un incidente no especificado en la estación de bombeo de Unecha, al este de Bielorrusia, reportado por la agencia Belta, podría haber afectado temporalmente los flujos. Además, ataques de drones ucranianos a infraestructura energética rusa, incluido un incidente en Ust-Luga a principios de enero, coinciden con el descenso, aunque no se han confirmado reducciones significativas por estos eventos. También se registraron 11 días de tormenta en el puerto en la primera mitad de enero, aunque Transneft, operadora de los oleoductos, generalmente no interrumpe envíos planificados por condiciones climáticas.
Mientras tanto, el cercano puerto de Primorsk muestra un incremento en los flujos, lo que indica que los problemas en Ust-Luga no son generalizados. Además, el Instituto Meteorológico Finlandés reportó que las condiciones de hielo en la zona no son un factor que explique la caída en las exportaciones.
Por otro lado, las sanciones occidentales han comenzado a restringir el acceso de los petroleros rusos a mercados internacionales, y las medidas anunciadas por la administración Biden podrían intensificar esta tendencia. Los compradores están buscando cargamentos alternativos, mientras que las tarifas de transporte marítimo desde China han aumentado debido al esfuerzo de Pekín por diversificar sus fuentes de crudo.
El impacto combinado de sanciones, tensiones geopolíticas y problemas operativos en Ust-Luga subraya la creciente presión sobre las exportaciones energéticas de Rusia, en un contexto de incertidumbre global en los mercados petroleros.