La agencia Fitch Ratings confirmó este lunes la calificación crediticia de Israel en nivel A, pero mantuvo su perspectiva negativa, señalando preocupaciones por el aumento de la deuda pública, tensiones internas de gobernabilidad y el incierto desarrollo de la guerra en Gaza.
Fitch advirtió que una nueva escalada militar en la Franja podría extenderse por varios meses, aunque prevé que se movilicen menos reservistas que en 2023, lo que moderaría el impacto en el mercado laboral, la economía y las finanzas del país. La agencia considera que Israel mantendrá una implicación activa en Gaza a mediano plazo.
Tanto Fitch como Moody’s rebajaron el año pasado la calificación de Israel y mantienen la posibilidad de nuevas degradaciones, en función de la evolución del contexto regional y político.
La agencia evaluó que la debilitación de los representantes iraníes en la región ha reforzado la posición estratégica de Israel, reduciendo algunos riesgos asociados a su perfil crediticio. Sin embargo, advirtió sobre la posibilidad de enfrentamientos esporádicos y el mantenimiento de tensiones con Teherán.
Fitch también valoró como significativa la reciente acción militar israelí en Irán, al considerar que ofreció beneficios estratégicos y mostró una mayor comprensión de las capacidades disuasorias del régimen iraní.
Respecto al escenario político interno, la agencia apuntó que el fin del alto el fuego en Gaza permitió restablecer la coalición de gobierno formada tras las elecciones de 2022, facilitando la aprobación del presupuesto para 2025 antes del límite del 31 de marzo. Aun así, alertó sobre la fragilidad de la coalición, indicando que podría colapsar antes de las elecciones previstas para octubre de 2026. El reclutamiento de judíos haredíes sigue siendo uno de los puntos más conflictivos.