El gobierno holandés aconsejará a los ciudadanos y a las empresas que utilicen menos gas, pero no ha llegado a activar los planes energéticos de emergencia.
Hoy mismo, Alemania ha declarado activada la primera fase de los planes de emergencia para el gas -conocidos como “alerta temprana”- en medio de la creciente preocupación por la escasez de suministro.
Su decisión de no seguir los pasos de Alemania ha alejado la posibilidad de un plan de crisis regional o de todo el bloque dentro de la Unión Europea (UE).
Esto solo ocurre cuando dos Estados miembros declaran una emergencia basada en los mismos motivos.
La exigencia del Kremlin de que los pagos del gas se hagan en rublos ha hecho que las empresas energéticas se apresuren a evaluar las ramificaciones, y la UE está cada vez más preocupada por la posibilidad de que Rusia corte el suministro.
Los Países Bajos importan casi el 20 % de su gas natural de Rusia y han buscado fuentes alternativas tras la invasión de Ucrania por Moscú el 24 de febrero.
Tim van Dijk, portavoz del Ministerio de Asuntos Económicos, declaró a Reuters: “En vista de la decisión de Alemania, hemos revisado nuestro plan de seguridad del gas. No vamos a poner en marcha el plan porque solo daremos ese paso cuando haya una escasez física real o exista una amenaza aguda de que se produzca”.
Dijo que los holandeses estaban supervisando la situación a diario y que habían decidido lanzar una campaña pública este fin de semana para pedir a la gente que redujera su consumo de gas, tras la invasión rusa de Ucrania.
A pesar de las estrictas sanciones impuestas a Moscú por la Unión Europea, el gas ruso sigue entrando en el continente, representando aproximadamente el 40 % de sus suministros totales.