La guerra con Hamás desencadena una crisis en las rutas comerciales marítimas, con importantes navieras cancelando escalas en Israel por la escalada de inseguridad.
La reciente tensión y escalada de conflictos entre Israel y Hamás ha llevado a un cambio significativo en la logística marítima y las operaciones portuarias en la nación. Hace unos días, en medio de la creciente incertidumbre, una destacada compañía de carga taiwanesa invocó la cláusula de fuerza mayor, cancelando la llegada de su buque, el Ever Cozy, al puerto de Ashdod debido a preocupaciones de seguridad. Este puerto, a 25 millas de Tel Aviv, es fundamental para la economía israelí, facilitando el flujo crucial de commodities y bienes esenciales.
Con su proximidad a la frontera de Gaza, solo a 31 millas de distancia, y en medio de un cielo plagado de proyectiles, la naviera Evergreen Line consideró que Ashdod ya no era un destino seguro. Esta decisión forzó al Ever Cozy a desviarse hacia Haifa, más al norte. Este cambio repentino sobrecargó el puerto de Haifa, que tuvo que manejar un volumen de tráfico adicional originado por la situación en Ashdod.
La preocupación se extiende entre otras navieras y sus aseguradoras, poniendo en tela de juicio la viabilidad de mantener las operaciones en los puertos de Israel. Actualmente, navegar por las aguas israelíes se considera de alto riesgo, y las primas de seguros han experimentado un aumento de varios cientos por ciento. La amenaza de una posible invasión terrestre a Gaza por parte de Israel solo complica más las cosas, haciendo que las rutas comerciales sean aún más precarias y costosas.
Esta situación es especialmente alarmante dada la dependencia de Israel de las importaciones. Según un informe de 2022 del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Israel necesita importar una amplia gama de productos esenciales, desde azúcar hasta cereales, y su industria cárnica también se basa en gran medida en las importaciones. La realidad es que Israel importa casi el triple de alimentos y productos agrícolas de los que exporta, haciendo crucial la funcionalidad de sus puertos.
Las implicaciones financieras son también significativas. Por ejemplo, actualmente, las navieras están pagando una prima de riesgo de guerra del 0,65 % del valor total del buque para atracar en Ashdod. Esto contrasta con las tasas en otros puertos considerados de riesgo, como Trípoli con un 0,4 % o incluso Mogadiscio con un 0,5 %. En el extremo superior, los puertos en el mar Negro en Rusia y Ucrania enfrentan primas aún más altas, alcanzando el 1 %.
Las tasas elevadas en la región son un claro reflejo del temor que enfrentan los operadores de buques mercantes ante posibles daños en las aguas israelíes. “La situación se asemeja a lo vivido en Ucrania, donde los buques entraban, pero no podían salir”, comenta Neil Roberts, del Comité Conjunto de Guerra, haciendo énfasis en la crítica evaluación de seguridad que enfrenta Israel actualmente.
Los armadores y las compañías de seguros están en constante revisión de la capacidad de defensa de Israel. “La evaluación se centra en cómo Israel puede contrarrestar estos ataques,” indica Simon Lockwood de WTW, un destacado corredor de seguros global. La preocupación se intensifica dado que Hamás ha logrado perpetrar múltiples ataques, disparando las primas de guerra en cientos de porcentajes para los trayectos a puertos israelíes.
Esta situación ha llevado a las navieras a transferir estos costes adicionales a sus clientes, con sobrecargos reportados de hasta 100 dólares por contenedor estándar. “El costo del riesgo de guerra siempre se traslada al cliente”, explica Lockwood, señalando también que todo depende del apetito por el riesgo de cada empresa.
Para Israel, la manera en que las aseguradoras y navieras perciben este conflicto y la potencial expansión de la guerra en la región es crucial. El país depende en gran medida del comercio marítimo debido a su geografía. Ya existían complicaciones para atracar en puertos israelíes, incluso antes del presente conflicto, con retrasos operativos de buques esperando semanas para desembarcar.
La amenaza se amplifica con la probabilidad de que Hezbolá, la milicia con base en Líbano, entre en confrontación, poniendo en riesgo directo a Haifa, uno de los puertos principales. “La amenaza para Haifa escalaría dramáticamente si Hezbolá interviene”, advierte un informe de Dryad Global, una consultora especializada en riesgos marítimos.
Ante esta tensión, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha respondido con severidad, prometiendo una represalia desproporcionada contra Hezbolá y Líbano en caso de intervención. Sin embargo, las palabras de Netanyahu no han disuadido a la milicia, como demuestran los recientes enfrentamientos en la frontera.
Mientras tanto, Estados Unidos ha comenzado a evacuar a sus ciudadanos de Líbano, subrayando la gravedad de la situación. Aunque las declaraciones bélicas de Netanyahu no intimidan a Hezbolá, sí inquietan a las navieras y aseguradoras. Estas empresas, aunque no tienen inclinaciones políticas, son esenciales para la supervivencia económica de Israel. Si deciden que los puertos israelíes son demasiado peligrosos, Israel podría enfrentar una crisis significativa, quedando potencialmente sin suministros vitales.