El kibutz Ma’ale Gilboa se convierte en referente de energía renovable y soluciones de almacenamiento en Israel.
Transformación energética en Ma’ale Gilboa: de comunidad agrícola a isla energética
Situado en una colina rocosa en el norte de Israel, el kibutz Ma’ale Gilboa parecía un lugar improbable para fundar una comunidad agrícola y mucho menos para ser un referente en el suministro energético del país. No obstante, su enfoque en la energía renovable y las soluciones de almacenamiento lo ha situado a la cabeza de la iniciativa de Israel para crear una red eléctrica más robusta y descentralizada, capaz de resistir mejor en tiempos de conflicto. “Elegimos el lugar más difícil para construir, donde otros dijeron «de ninguna manera»”, relató Dovi Miller, quien ayudó a fundar el kibutz en la década de 1960 y actualmente dirige sus operaciones energéticas.
La misión de Miller es transformar el kibutz en la primera “isla de energía” de Israel, una microrred que puede desconectarse de la red eléctrica nacional y operar de manera autónoma cuando sea necesario. “Estamos creando un sistema que permite que nuestras baterías acumulen la electricidad generada, asegurando su funcionamiento en caso de una falla en la red. Nos desconectaremos y funcionaremos como una isla energética”, detalló Miller.
La combinación de energías renovables, que incluye turbinas eólicas, energía solar y una gran cúpula para almacenamiento de biogás, hizo de Ma’ale Gilboa el lugar perfecto para este proyecto piloto. El plan de transición energética de Israel ha estado en marcha durante años, pero se aceleró tras los devastadores ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre, que desataron un conflicto en varios frentes.
Impacto de los ataques de Hamás en la red eléctrica y respuesta de Israel
Ese día, los daños a las líneas eléctricas causaron apagones y forzaron a Israel a cerrar temporalmente su principal fuente de energía, el yacimiento de gas natural de Tamar. A nivel mundial, ya existen miles de proyectos de microrredes (en Asia Pacífico, América del Norte, Oriente Medio y África, en escuelas, hospitales, cárceles y comunidades enteras), aunque suelen depender de financiación pública.
En 2022, el Banco Mundial señaló que las microrredes solares podrían proporcionar energía a 500 millones de personas para 2030, pero subrayó la necesidad de identificar más oportunidades, reducir costos y superar barreras financieras. El proyecto piloto de microred de Israel, que se completará en uno o dos años, operará junto a grandes reservas de diésel, carbón y generadores que se han estado acumulando.
El plan del Ministerio de Energía es un respaldo, no un reemplazo, para las grandes plantas que utilizan gas natural de yacimientos marinos. “Si caen miles de cohetes, es inevitable que habrá apagones”, dijo Ron Eifer, jefe de la División de Energía Sostenible del Ministerio. Gran parte de la red eléctrica nacional está sobre la superficie y sería un blanco probable si los combates con Hezbolá en el Líbano se intensifican.
La descentralización como estrategia para una red eléctrica más segura
Eifer destacó que Israel debe descentralizar la distribución de electricidad para reducir estos riesgos. El objetivo es crear círculos de energía, cada uno con su propia fuente de energía y capacidad de almacenamiento, empezando por hogares individuales y zonas comunitarias de emergencia, extendiéndose a aldeas enteras o barrios urbanos. Se comenzará reconstruyendo comunidades a lo largo de las fronteras de Gaza y el Líbano que hayan sido dañadas o destruidas.
El Ministerio espera tener cinco gigavatios de energía renovable en la zona reconstruida cerca de Gaza para 2030, contribuyendo a alcanzar el objetivo de generar el 30 por ciento de la energía de fuentes renovables para esa fecha. A finales de 2023, alrededor del 13 por ciento de las necesidades energéticas de Israel provendrán de fuentes renovables.
La mayoría de las microrredes usarán energía solar de tejados o campos, almacenada en baterías para uso nocturno. La energía adicional puede venderse a la red nacional. Si un campo solar se daña, podría perder algunos paneles, pero seguiría generando energía, explicó Eifer. El gobierno está facilitando los permisos y subvencionando las instalaciones, añadió Eifer.
El sector privado y la reforma energética en Israel
Está creciendo un mercado en torno a la demanda de instalaciones de almacenamiento independientes y campos solares. Este mes, Israel permitirá que otras compañías, además de la estatal Israel Electric Corp (IEC), suministren electricidad a los hogares. Empresas de telecomunicaciones como Bezeq y Cellcom planean competir con IEC, y las instalaciones independientes serán una fuente natural para ellas, según funcionarios de la industria.
El Ministerio de Energía prevé que alrededor de 12,000 millones de NIS (3,300 millones de dólares) fluyan al sector privado con la reforma. El conglomerado energético Delek Group anunció que se asociará para construir 500 megavatios de campos de energía solar de doble propósito en tierras agrícolas, similares a los utilizados por el kibutz Ma’ale Gilboa.
Este movimiento hacia microrredes probablemente habría ocurrido eventualmente, pero en un futuro más lejano, comentó Amit Mor, director ejecutivo de Eco Energy Financial & Strategic Consulting y profesor en la Universidad Reichman. “La guerra es un catalizador. Existe una necesidad de energía autosostenible debido a la seguridad energética estratégica, la guerra y los riesgos ambientales”, expresó Mor.
Israel como modelo para la adopción de microrredes a nivel global
“En este sentido, Israel puede servir como un modelo, un microcosmos para la rápida adopción de esta tecnología por otros países que enfrentan desafíos similares”, concluyó Mor. La transición hacia las microrredes y la descentralización del suministro eléctrico no solo fortalecen la seguridad energética de Israel, sino que también proporcionan un ejemplo a seguir para otras naciones.
El éxito del kibutz Ma’ale Gilboa en la implementación de energías renovables y soluciones de almacenamiento resalta la importancia de la innovación y la resiliencia en tiempos de conflicto. A medida que más países enfrenten desafíos similares, la experiencia de Israel en la creación de una red eléctrica descentralizada y robusta será invaluable.
La combinación de políticas gubernamentales, inversiones privadas y tecnología avanzada está posicionando a Israel como líder en el sector de energías renovables y microrredes. La colaboración entre comunidades locales, como el kibutz Ma’ale Gilboa, y el gobierno es clave para alcanzar los objetivos energéticos del país y asegurar un futuro sostenible.