Gracias a las reservas de divisas por un total de 120.000 millones de dólares en julio de 2019, y a que Israel es una nación “acreditada como acreedor externo neto”, Israel se encuentra en una posición más fuerte que la media de los países con calificación A o AA, según informaron esta semana los economistas de la compañía Fitch Ratings.
La compañía anunció que estaba confirmando su calificación crediticia A+ para Israel. Según los economistas de Fitch, Israel ha tenido un superávit anual en su balance externo todos los años desde 2003, y se espera que ese superávit se mantenga para 2019-2020.
Los economistas de Fitch estiman que un progreso renovado en la reducción de la relación deuda/PBI de Israel o una reducción continua de los riesgos políticos y de seguridad mejorará aún más la calificación crediticia de Israel.
Sin embargo, la empresa advirtió que la calificación crediticia podría verse afectada si la ratio deuda pública/PBI continuaba aumentando.
En agosto, los servicios financieros y la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s reafirmaron las calificaciones crediticias globales y las perspectivas económicas de Israel, dándole una puntuación de AA con una perspectiva estable.
S&P elevó por primera vez la calificación de Israel a su calificación actual -la más alta otorgada al estado judío hasta la fecha- en agosto de 2018, y la reafirmó en febrero.
S&P señaló que no estaba “excesivamente preocupada” por el sustancial déficit fiscal de Israel de 53 millones de shekels (aproximadamente 15 millones de dólares), el 3,8% del producto interior bruto, a pesar de que superaba el objetivo de déficit del gobierno de 40 millones de NIS (11 millones de dólares), o el 2,9% del PIB.