El gobierno ha votado para anular la decisión de construir un aeropuerto en Ramat David, en el valle de Jezreel, en el norte de Israel. Esa decisión se aprobó en 2014 y enfureció a los residentes del Valle de Jezreel. La propuesta de anular la decisión fue presentada por el ministro de Transporte, Merav Michaeli, junto con el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, y el ministro de Finanzas, Avigdor Liberman.
A la luz del dramático descenso del tráfico aéreo de pasajeros que ha hecho retroceder al sector de la aviación durante décadas, no está claro hasta qué punto Israel necesita otro aeropuerto. En 2021 se preveía que unos 30 millones de pasajeros (salidas y llegadas) pasarían por el aeropuerto Ben Gurion este año. Ahora parece que la cifra real será menos de un tercio de esa cifra. Además, en el sector hay quienes afirman que la capacidad del Ben Gurion puede ampliarse para acoger a más pasajeros.
Las alternativas de emplazamiento para un aeropuerto de desborde eran Nevatim, en el sur de Israel, y Ramat David, en el norte. La ventaja de construir un aeropuerto internacional en el norte radicaba principalmente en que sería accesible para una mayor parte de la población, y el emplazamiento del norte era también el preferido por las compañías aéreas. El aeropuerto de Ramón, cerca de Eilat, está desierto durante gran parte del año, sin actividad internacional.
La principal oposición a la construcción de un aeropuerto en el sur se debía a las operaciones de la Fuerza Aérea de Israel y a la proximidad de la central nuclear de Dimona. Aunque los responsables de las autoridades locales del sur presionaron para que el aeropuerto se construyera allí, estaba claro que el emplazamiento del norte era más viable. En el pasado, se examinó la posibilidad de un aeropuerto en alta mar en Haifa, pero se rechazó por dificultades técnicas.
La anulación de la anterior decisión gubernamental no significa que el aeropuerto vaya a construirse ahora en Nevatim. Un equipo interministerial va a reexaminar todo el asunto. Los cientos de millones de shekels que se han invertido hasta ahora en las obras y la presentación del proyecto se perderán, al parecer.
“Mucho antes de ser nombrado ministro de Transportes, prometí que no habría un aeropuerto internacional en el valle de Jezreel”, dijo Michaeli. “Es una cuestión de interés nacional. En los últimos veinte años, el Estado de Israel se ha dejado llevar por la idea de ‘un manto de hormigón y cemento’ de forma incontrolada e irresponsable. A medida que pasen los años nos iremos llenando de gente y de densidad de población, y tendremos que preservar aún más las pocas zonas rurales, abiertas, agrícolas y verdes que nos quedan. De lo contrario, no tendremos espacio para respirar”.
“No se discute la necesidad de un aeropuerto de desbordamiento, pero la decisión debe preservar todos los intereses nacionales de Israel, y no conducir a movimientos irreversibles que causen un enorme daño al Estado de Israel”.