El Banco de Israel afirmó que la prohibición comercial impuesta por Turquía ha tenido un efecto limitado en la economía y los precios del país, gracias a la flexibilidad de su modelo económico abierto.
Ankara cortó el comercio con Israel el año pasado debido a la guerra en Gaza contra Hamás y ha mantenido una postura crítica frente a las políticas israelíes. Antes de la guerra, que estalló tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 y dejó alrededor de 1.200 muertos y 251 rehenes, Turquía exportaba bienes a Israel por un valor de 5.300 millones de dólares, lo que representaba el 6,3 % de las importaciones israelíes.
Turquía era un proveedor clave de materiales de construcción como cemento, hierro y acero. Además, en 2022, unos 824.000 israelíes visitaron Turquía, según datos oficiales. Por su parte, las exportaciones israelíes a Turquía alcanzaron los 1.500 millones de dólares en 2023, equivalentes al 2,5 % de sus ventas al exterior.
En su análisis, el Banco de Israel destacó que el embargo turco tuvo un efecto mínimo en el abastecimiento y los precios de las importaciones. La entidad subrayó que los mercados abiertos y las políticas comerciales liberales refuerzan la seguridad económica y limitan el impacto de las restricciones comerciales impuestas por países individuales.
Israel logró reemplazar los productos turcos sin registrar aumentos de precios, incluso en el sector del cemento, donde Turquía era el principal proveedor antes del embargo. Este resultado, según el banco central, demuestra la capacidad de una economía diversificada para sortear barreras comerciales sin recurrir al aislamiento ni depender exclusivamente de la producción nacional.