El gobierno de Israel dice que traerá a 65.000 trabajadores extranjeros de India, Sri Lanka y Uzbekistán para reanudar la construcción paralizada desde el 7 de octubre, cuando los trabajadores palestinos fueron enviados a casa tras el mortífero ataque de Hamás contra Israel.
Unos 72.000 trabajadores palestinos trabajaban en obras de construcción en Israel antes del atentado, que llevó al gobierno a despedirlos y excluirlos de Israel por motivos de seguridad.
Quedan unos 20.000 trabajadores extranjeros, pero casi la mitad de las obras de construcción del país se han cerrado debido a la escasez de mano de obra.
Un portavoz del Ministerio de Vivienda afirma que se espera la llegada de nuevos grupos de trabajadores extranjeros en las próximas semanas, ya que el gobierno trata de evitar un bloqueo de la oferta que podría reavivar los precios inmobiliarios al empezar a bajar los tipos de interés.