Israel y las empresas energéticas TotalEnergies y ENI firmaron el lunes un acuerdo sobre la forma de calcular la parte de los ingresos de Israel procedentes del yacimiento de gas natural de Kana-Sidon, que acompaña al acuerdo sobre la frontera marítima entre Israel y Líbano finalizado el mes pasado.
El acuerdo permitirá al Líbano, a través de sus licenciatarios, la compañía energética francesa TotalEnergies y la italiana ENI, desarrollar el yacimiento de Kana y extraer el gas natural que pueda haber en él. El yacimiento de gas se encuentra en una zona del Mar Mediterráneo que Israel y Líbano reclaman como propia.
Israel cedió toda la zona en disputa pero, como parte de Kana sigue estando en la zona económica de Israel, recibirá alrededor del 17% del valor del yacimiento una vez que Total haya realizado un estudio exhaustivo de la cantidad de gas que hay en el yacimiento, lo que se espera que lleve más de un año.
Si las empresas energéticas encuentran gas, elaborarán un plan económico para desarrollar el yacimiento, tras lo cual firmarán un acuerdo más detallado con Jerusalén.
El Director General del Ministerio de Energía, Lior Schillat, declaró que el acuerdo “garantiza los derechos económicos de Israel en el posible yacimiento entre los dos países”.
“El acuerdo de principio que hemos firmado y el acuerdo detallado que vendrá después si se encuentra gas natural en el yacimiento permitirán el desarrollo transfronterizo entre [Israel y] un Estado enemigo, un acontecimiento único en el mercado energético internacional”, explicó.
¿Afectará la formación de un nuevo gobierno al acuerdo sobre el Líbano?
El primer ministro designado, Benjamin Netanyahu, expresó una fuerte oposición al acuerdo de demarcación marítima del Líbano poco antes de que se firmara, calificándolo de “condiciones de rendición”. Además, muchos miembros de la derecha, así como algunos del gobierno saliente, se manifestaron en contra de la firma de un acuerdo importante inmediatamente antes de unas elecciones.
Sin embargo, cuando el acuerdo se cerró a finales de octubre, Netanyahu dijo que “se comportará como [hizo] con los Acuerdos de Oslo”. Cuando Netanyahu se convirtió en primer ministro en 1996, cumplió el compromiso del gobierno anterior de que Israel se retiraría en su mayor parte de Hebrón, tras unas negociaciones en las que exigió a los palestinos que se comprometieran a detener el terrorismo.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, entregó al primer ministro Yair Lapid una carta de garantías que probablemente limitaría la capacidad de Netanyahu para cambiar el acuerdo. La carta respalda el acuerdo sobre el Líbano y afirma que EE.UU. se compromete a apoyar a las FDI y a reforzar su capacidad para defender a Israel, incluso contra las amenazas a sus barcos y activos energéticos.