El North American Jewry ha logrado recaudar aproximadamente 1.000 millones de dólares destinados a Israel durante su guerra con Hamás, según las estimaciones de un nuevo informe sobre el tema.
El informe, titulado “Stand United – US Jewry and Israel During the First Month of the War”, fue publicado recientemente y elaborado por académicos del Programa Ruderman de Estudios Judíos Norteamericanos de la Universidad de Haifa.
Según el informe, las Federaciones Judías de Norteamérica lograron recaudar más de 600 millones de dólares para Israel en el primer mes después del estallido del conflicto entre Hamás e Israel.
Además, se estima que otras organizaciones comunitarias y privadas de filiación judía, incluyendo asociaciones de amistad que respaldan a hospitales, universidades y servicios de emergencia israelíes, contribuyeron con alrededor de 400 millones de dólares adicionales.
La cifra total de 602 millones de dólares recaudados por las Federaciones Judías de Norteamérica y las organizaciones afiliadas superó el objetivo inicial de 500 millones de dólares que se anunció al comienzo de la campaña de recaudación de fondos. Esta campaña se puso en marcha el 7 de octubre, cuando Hamás llevó a cabo una incursión transfronteriza brutal en la que murieron alrededor de 1.200 israelíes y se tomaron 240 rehenes.
El informe de 71 páginas destaca que estas cifras representan una contribución “sin precedentes”. Los 602 millones de dólares recaudados en octubre de 2023 representan un aumento del 70% en comparación con la segunda campaña de recaudación más grande realizada por las federaciones en apoyo a Israel, que tuvo lugar durante la Segunda Guerra del Líbano en 2006.
Además de la recaudación de fondos, el informe señala que las comunidades judías en América del Norte han mostrado una vigorosa respuesta de defensa pública, incluyendo la celebración de 143 concentraciones de solidaridad en todo el continente en el primer mes de la guerra.
El conflicto también ha tenido un impacto en la dinámica interna del North American Jewry, según el informe. Ha unido a las comunidades judías en torno a una causa común y ha reducido el debate sobre las divisiones ideológicas, lo que se ha reflejado en la proliferación de actos de oración conjuntos entre diferentes corrientes del judaísmo y en la disminución de las críticas a Israel, independientemente de las diferencias políticas.