Una crisis energética provocada por la ola de calor se está extendiendo por el suroeste de China, cerrando fábricas y empeorando día a día, según Nikkei Asia. La última noticia que nos llega de China es que el gobierno municipal de Chongqing ha ordenado a las fábricas, incluidas las de propiedad japonesa, que suspendan la producción hasta el 24 de agosto para conservar la energía a medida que aumenta la demanda debido al calor extremo.
Chongqing sigue a su vecina, la provincia de Sichuan, que anunció a principios de esta semana que la caída de la generación de energía hidroeléctrica ha provocado el cierre de algunas de las mayores multinacionales del mundo, como Toyota Motor Corp. y Contemporary Amperex Technology Co.
El vicepresidente y director de crédito de Moody’s, Boris Kan, señaló que la ola de calor no hará sino aumentar la dependencia de China de la generación con carbón.
En Chongqing, concretamente en la zona de Liangjiang, la demanda de energía se ha disparado porque el calor extremo ha provocado un aumento del uso de los aires acondicionados. Chongqing tiene una gran concentración de fábricas de automóviles y ordenadores, y sus paradas para ahorrar energía podrían afectar a las cadenas de suministro mundiales.
“Anteriormente, el gobierno sólo exigía que las fábricas cesaran la producción durante los picos de consumo, pero la situación de escasez de suministro y demanda de energía se ha agravado tanto que los cierres se han considerado necesarios”, dijo Nikkie Asia.
La empresa estatal Chongqing Changan Automobile, la estadounidense Ford Motor, BYD Auto y los fabricantes taiwaneses de productos electrónicos son algunas de las empresas de Chongqing.
Y mientras una crisis eléctrica se agudiza en el suroeste del país, el Presidente chino Xi Jinping abordó la crítica situación el jueves. Pidió a las autoridades locales que resolvieran la grave sequía que afecta a algunas provincias y que amenaza el suministro eléctrico, añadiendo que podría afectar al crecimiento económico.
A pesar de la ola de calor y de los cierres de fábricas, el Presidente Xi también dijo que China abriría su economía incluso cuando la globalización ha experimentado un aumento del proteccionismo en algunas partes del mundo.
Buena suerte con la reapertura, ya que los datos económicos de julio son muy alarmantes, lo que obligó al banco central del país a recortar sus tipos de interés clave a principios de esta semana de forma inesperada. Si a las perspectivas económicas, ya de por sí agrias (gracias a las políticas de cero celo y al hundimiento del sector inmobiliario), se añade una crisis energética y el cierre de fábricas, la recesión china parece agravarse.