Un informe reciente alerta sobre el impacto económico potencial de la fragmentación entre economías occidentales y orientales, que podría costar hasta 5,7 billones de dólares, equivalente al 5 % del PIB global. El estudio, elaborado por el Foro Económico Mundial y Oliver Wyman, destaca que este desacoplamiento superaría los daños de la crisis financiera de 2008 o la pandemia.
El menor comercio, la reducción en los flujos de capital y la pérdida de eficiencia serían las principales fuentes de este impacto económico negativo. Según el análisis, las economías en desarrollo serían las más perjudicadas si se vieran obligadas a limitar sus intercambios comerciales a un único bloque económico. En regiones como India, Brasil, América Latina y el Sudeste Asiático, el PIB podría reducirse hasta en un 10 %.
El informe también señala que el uso de herramientas financieras con fines geopolíticos ha aumentado significativamente, con un incremento del 370 % en el uso de sanciones, subsidios y políticas industriales desde 2017. Matthew Blake, director del Centro de Sistemas Financieros del Foro Económico Mundial, calificó las posibles consecuencias económicas como “asombrosas”.
Si las restricciones comerciales y de capital se aplicaran únicamente en áreas sensibles relacionadas con la seguridad nacional y la competitividad, el impacto se limitaría a 600.000 millones de dólares en el PIB global. Además, la inflación global sería considerablemente menor en comparación con el escenario más pesimista proyectado por Oliver Wyman.
Blake subrayó la necesidad de que los líderes adopten enfoques basados en principios para proteger el sistema financiero global. El informe recomienda fortalecer las instituciones internacionales y garantizar la interoperabilidad de las infraestructuras financieras como medidas clave para preservar la intermediación financiera en un contexto de fragmentación económica.
Pese a las tensiones geopolíticas, el informe destaca que la intermediación financiera puede servir como una herramienta para abordar desafíos compartidos, como las transiciones energética y digital, el envejecimiento de la población y la inversión en infraestructura. “La intermediación financiera suele continuar incluso en escenarios de conflicto geopolítico o guerras”, señala el documento.
La publicación de este informe coincide con preocupaciones crecientes sobre la fragmentación geopolítica, exacerbadas por medidas proteccionistas impulsadas por Donald Trump, expresidente de Estados Unidos. Trump ha anunciado planes para imponer aranceles de hasta el 25 % a productos de México y Canadá, así como un 60 % a las importaciones de China, medidas que podrían intensificar la ruptura económica global.
Durante un evento reciente, Trump criticó a la Unión Europea por sus políticas comerciales y sugirió que impondría aranceles si no se llegaba a un acuerdo. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, advirtió sobre la fractura de la economía global en nuevas líneas de división. “El orden mundial cooperativo que imaginamos hace 25 años no se ha materializado”, declaró en Davos, instando a la colaboración para evitar una “carrera global hacia el abismo”.