La semana pasada, el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, compareció ante los medios para comentar la decisión del banco de continuar con otra subida de los tipos de interés, tras haber llevado a cabo una campaña de ajuste monetario sin precedentes en las últimas décadas.
A pesar de la relevancia de esta noticia, la medida ha sido recibida con cierto escepticismo y preocupación, dada la difícil situación en la que se encuentra el banco central estadounidense.
En este sentido, la razón por la que la Fed cree que puede permitirse aflojar sus políticas monetarias es, en efecto, la peor crisis bancaria vivida desde la gran recesión del 2008, que ha desatado una ola de tensiones y ha provocado una serie de medidas de emergencia por parte del Gobierno de Estados Unidos.
La decisión de la Fed y su recepción
Esto ha generado ciertas críticas hacia la Reserva Federal, que se ha visto cuestionada por no haber previsto estas turbulencias en el mercado financiero.
De acuerdo con algunos analistas económicos, entre los que se encuentra Diane Swonk, economista jefe de KPMG, la Fed se encuentra en una posición complicada, ya que debe decidir si continúa frenando la economía o si espera a que una posible crisis crediticia provocada por la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank haga el trabajo por ella. El objetivo es enfriar la inflación sin afectar al crecimiento económico, una tarea ardua y compleja que puede tener importantes consecuencias en el futuro de la economía estadounidense.
Es relevante señalar que, a pesar de la esperanza generada por el fin de las dolorosas subidas de tipos, la incertidumbre y la preocupación continúan. La Reserva Federal podría optar por una subida más agresiva de los tipos de interés para combatir la inflación y cumplir con su objetivo del 2 %, lo que podría tener un impacto negativo en el mercado financiero.
De hecho, Powell ha advertido que la Fed probablemente tendría que endurecer los tipos de interés más de lo previsto para alcanzar su objetivo.
Tensiones en el sector bancario
La Reserva Federal de Estados Unidos ha considerado renunciar a una subida de tipos de interés este mes, como resultado de la implosión de SVB y Signature, y las consecuentes tensiones en el sector bancario.
La medida ha dado lugar a una serie de medidas de emergencia por parte del gobierno estadounidense para prevenir nuevos contagios.
A pesar de esto, no está claro si las autoridades han hecho lo suficiente, y las acciones de los bancos han seguido cayendo, sobre todo después de que Janet Yellen, secretaria del Tesoro, pareciera descartar garantías generales para depósitos superiores a 250,000 dólares a corto plazo.
Los economistas advierten que la agitación podría provocar el mismo tipo de crisis crediticia que la Reserva Federal esperaba precipitar con una política monetaria más restrictiva, aunque el banco central tiene menos poder sobre esta situación.
La difícil posición de la Reserva Federal
Según la economista jefe de KPMG, Diane Swonk, “todavía estamos en una posición en la que las condiciones financieras deben endurecerse para que baje la inflación, pero lo difícil en este momento es que la Reserva Federal no tiene tanto control como antes creía tener. Ha perdido parte de su capacidad para determinar el camino”.
El Comité Federal de Mercado Abierto ha afirmado que las turbulencias bancarias probablemente se traducirán en un endurecimiento de las condiciones crediticias para hogares y empresas, lo que podría pesar sobre la actividad económica, la contratación y la inflación.
Sin embargo, el alcance de estos efectos es incierto, según la declaración emitida por el comité en su reunión del miércoles. Benson Durham, responsable de política global de Piper Sandler y antiguo alto cargo de la Fed, señaló que “siempre han querido endurecer las condiciones financieras, pero de forma ordenada. Las corridas bancarias son la forma desordenada”.
La incertidumbre sobre el futuro de la economía
La Fed ahora debe tomar una difícil decisión: seguir frenando la economía o esperar a que una inminente crisis crediticia precipitada por la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank haga el trabajo por ella.
Durante su conferencia de prensa del miércoles, Powell hizo hincapié en la importancia de endurecer las condiciones financieras para contrarrestar la inflación. De hecho, en sus propias palabras, un endurecimiento de las condiciones financieras “iría en la misma dirección que el endurecimiento de los tipos”, lo que podría equivaler a “una subida de tipos o quizá más que eso”.
Powell también destacó la incertidumbre de la situación, indicando que no se puede hacer una evaluación precisa de ello.
El cambio de tono de la Fed
De acuerdo con las últimas proyecciones económicas, la mayoría de los funcionarios de la Fed siguen proyectando que el tipo de los fondos federales alcanzará un máximo del 5 % al 5,25 % este año.
En un cambio sutil de la política monetaria, la declaración de la Fed afirmaba que “podría ser apropiado un endurecimiento adicional de la política monetaria”.
Mientras Powell se enfocaba en el “podría” de la frase, la economista jefa para Estados Unidos de Morgan Stanley, Ellen Zentner, destacó la falta de compromiso en la postura de la Fed.
En medio del complejo panorama económico actual, el cambio de tono de la Fed ha sido interpretado por algunos analistas como el fin del ciclo de subidas de tipos.
Las proyecciones económicas y la reducción de perspectivas
Por ejemplo, el economista jefe estadounidense de RBC Capital Markets, Tom Porcelli, declaró que “en términos de acción, grita que reconocen la gravedad del momento”.
En respuesta a la implosión de SVB y Signature Bank, la Fed ha reducido ligeramente sus perspectivas para la economía, proyectando un crecimiento del 0,4 % en 2022 antes de expandirse un 1,2 % en 2024.
Sin embargo, la tasa de desempleo se espera que alcance un máximo del 4,6 % en 2024, mientras que la inflación subyacente retrocede a un 2,6 %, aunque aún por encima del objetivo fijado por la Fed.
Presión sobre la Reserva Federal
El reciente colapso del banco Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank ha generado una creciente presión sobre la Reserva Federal para hacer frente a las críticas por no haber cumplido su papel como supervisor y regulador bancario.
La situación económica se encuentra en un momento difícil, con el endurecimiento de las condiciones financieras que se traduciría en un alza de los tipos, y la incertidumbre sobre el futuro de la economía estadounidense se hace cada vez más palpable.
El presidente de la Fed, Jay Powell, ha admitido que la situación económica se ha complicado y que las probabilidades de recesión se sitúan en torno al 35 %, una cifra que aumenta significativamente en caso de que se produzca una perturbación más amplia de las condiciones financieras, llegando a superar el 60 %. De hecho, la distribución de las probabilidades es muy amplia, lo que agrava aún más el panorama para la economía.
Cuestionamiento a los cambios normativos
El Banco de Inglaterra ha dejado claro que había advertido sobre los crecientes riesgos en SVB mucho antes de su colapso, lo que ha puesto en duda la capacidad de la Reserva Federal para detectar y prevenir problemas similares en el futuro.
Los cambios normativos promulgados en 2019 bajo la supervisión de Powell, que permitieron una regulación más ligera de los bancos más pequeños, también están siendo cuestionados.
La presión de la opinión pública es cada vez mayor y el consenso bipartidista considera que la Fed ha fallado en su deber, por lo que se ha presentado una legislación que reemplazaría al investigador interno del banco central con un designado presidencial.
Llamado a un gran cambio en la Fed
“Después de que la Reserva Federal no identificara adecuadamente y evitara las escandalosas quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank, está claro que no podemos esperar más para un gran cambio en la Fed”, dijo el senador Rick Scott, quien cuenta con el apoyo de la demócrata Elizabeth Warren.
En este contexto, Powell ha afirmado que la Reserva Federal seguirá trabajando para proteger la economía estadounidense, aunque reconoce que las probabilidades de un aterrizaje suave se han estrechado a la luz de los últimos acontecimientos.
“Cuando un banco quiebra, hay investigaciones y, por supuesto, nos alegramos de ello”, dijo Powell en un intento por aplacar la ira de los críticos.