La gigante tecnológica Intel ha cancelado su acuerdo de adquisición con Tower Semiconductor, una empresa israelí-estadounidense, en medio de la guerra de chips entre Estados Unidos y China. La cancelación costará a Intel una indemnización de 353 millones de dólares.
Conflicto EE.UU.-China afecta negocios de Intel
La decisión de Intel se da en el contexto de estrictas restricciones impuestas por Estados Unidos a las industrias tecnológicas de China, afectando también las exportaciones de semiconductores avanzados. China, a su vez, se negó a aprobar el acuerdo Intel-Tower, lo que afectaría gravemente las operaciones de Intel en el país asiático.
La renuncia al mercado chino no era una opción realista para Intel, ya que China representa el 27% de sus ingresos. La prohibición estadounidense ha limitado también a otras compañías como Nvidia, impactando toda la industria a largo plazo.
La cancelación del acuerdo podría considerarse una bendición para Intel, pues ha desarrollado capacidades similares a las de Tower y ha ampliado su colaboración con Synopsys, lo que le permitiría producir microchips para competidores como Nvidia.
Impacto en la industria israelí de microchips
Tower Semiconductor, que iba a liderar el paso de Intel a fabricante, volverá a ser una pequeña empresa operando en el campo de los componentes analógicos y sensores. Esto es una mala noticia para Israel y afectará especialmente a los residentes de Migdal Ha’emek, donde fue fundada Tower.
El acuerdo también habría reducido la dependencia estadounidense de las fundiciones del sudeste asiático, compitiendo con productores de chips chinos como SMIC. La cancelación del acuerdo evita posibles riesgos para la industria local de chips analógicos en China.
Intel también ha anunciado una asociación con Arm, otro socio de Nvidia, y transformará su división de producción en un centro de beneficios.
La situación financiera de Intel y el futuro de la adquisición
La posición de efectivo de Intel ha disminuido, con solo 24.000 millones de dólares en junio, afectando su capacidad para grandes adquisiciones. Esta situación financiera, junto con la colaboración con Synopsys, pudo haber indicado la dirección en la que se dirigía el acuerdo.
Los productos de Tower, más simples comparados con los procesadores centrales que Intel planea fabricar, hubieran sido una carga tecnológica para la compañía. Los inversores parecen no haberse visto afectados por la cancelación, ya que las acciones de Intel subieron más del 1%.
El acuerdo, firmado en enero de 2022, entre el CEO de Intel, Pat Gelsinger, y el CEO de Tower, Russell Ellwanger, ha sido descrito como un evangelio para la industria de microchips, pero finalmente no llegó a realizarse.