BEIRUT – Líbano está apunto de declarar una emergencia económica y el gobierno ha comenzado a trabajar en un plan para acelerar las reformas de las finanzas públicas, dijo el lunes su primer ministro.
Saad al-Hariri también dijo que la política de mantener estable la libra libanesa, que está vinculada al dólar, continuaría.
Los ministros del gabinete, políticos y legisladores que se reunieron el lunes llegaron a un consenso sobre un esbozo de un plan que pondría las finanzas públicas y la economía en una senda más sostenible, dijo Hariri.
“Hay acuerdo para anunciar un estado de emergencia económica”, dijo Hariri.
“Esta difícil situación económica requiere que tomemos medidas rápidas tales como terminar el presupuesto a tiempo y reducir el déficit”, dijo Hariri a los periodistas después de la reunión a la que el presidente Michel Aoun también asistió para abordar el empeoramiento de la situación económica.
El gobierno celebraría más reuniones para acelerar el trabajo, dijo.
El Líbano está lidiando con una de las cargas de la deuda pública más pesadas del mundo, con un 150% del PIB y años de bajo crecimiento económico.
Las finanzas del gobierno, plagadas de corrupción y despilfarro, se ven afectadas por la sobrecarga del sector público, los costos del servicio de la deuda y el subsidio a los productores de energía estatal.
Entre las medidas propuestas estaba la de asegurar el cumplimiento del presupuesto de este año, que incluye algunas medidas políticamente difíciles, como la congelación de la contratación estatal y la eliminación de las engorrosas unidades estatales que pesaban mucho sobre el tesoro junto con las ofertas públicas en las empresas de propiedad estatal, agregó Hariri.
El gobierno trató de evitar que el déficit presupuestario superara el 5 por ciento del PIB al final de un plan fiscal de tres años que terminaría en 2022, agregó.
Hariri eludió una pregunta sobre las perspectivas de aumentar los impuestos, diciendo que cualquier medida que el gobierno contemplara para aumentar los ingresos tendría en cuenta que no serían una carga.
Hariri también dijo que las reformas desbloquearán cerca de 11.000 millones de dólares prometidos en una conferencia en París el año pasado para financiar la inversión.
Hariri dijo que la aceleración de las reformas evitaría una crisis similar a la de Grecia, que cayó en una crisis de la deuda hace nueve años y tuvo que adoptar duras medidas de austeridad bajo la estricta supervisión de los acreedores extranjeros.
“No queremos que esto nos pase a nosotros. Así que estamos tomando medidas para salvar al país”, dijo el primer ministro.
Hariri dijo que el descenso de la calificación crediticia del Líbano por parte de Fitch a CCC hace 10 días fue una advertencia para que se tomaran las medidas necesarias para reforzar la confianza de los inversores antes de que fuera tarde.
Fitch dijo que su rebaja de B- reflejaba “la intensificación de la presión sobre el modelo de financiación del Líbano y el aumento de los riesgos para la capacidad de servicio de la deuda del gobierno”.
Los líderes libaneses han advertido de una crisis financiera sin cambios. El ímpetu para promulgar reformas ha crecido con la desaceleración de los depósitos en el sector bancario del Líbano, una fuente crítica de financiación para el Estado.