El ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, ha anunciado la supresión de las subvenciones gubernamentales a las guarderías (para bebés y niños pequeños y preescolares) para las familias en las que ambos padres no trabajan. La nueva política se dirige principalmente a la población haredi (ultraortodoxa), en la que el padre suele estudiar en la yeshiva, y tiene como objetivo animarles a incorporarse al mercado laboral.
A partir del verano, para poder optar a las guarderías subvencionadas (WIZO, Na’amah y similares), cada padre deberá trabajar un mínimo de 24 horas semanales. Los estudiantes que aprendan una habilidad que les lleve a un trabajo estarán exentos de las nuevas reglas y podrán recibir un subsidio. En la actualidad, la subvención media mensual del gobierno asciende a unos 1.000 NIS por niño.
Una fuente del Ministerio de Finanzas dijo: “Estamos hablando de la cancelación de un incentivo negativo en términos de no ir a trabajar. El Estado paga actualmente subsidios por valor de 1.200 millones de NIS al año, y los que ahora no tendrán derecho recibirán aproximadamente un tercio de la suma, 400 millones de NIS, que el Estado se ahorrará. Hay unos 23.000 niños que reciben la subvención en el lugar donde el padre aprende, incluidos unos 21.000 en la yeshiva. Sólo en unos 1.500-2.000 casos los padres aprenden materias que no están relacionadas con la Torá, sino que están orientadas a un trabajo. Ahora ya no tendrán derecho a una subvención y esperamos que eso lleve a los padres a incorporarse al mercado laboral”.
El propio Liberman dijo: “La decisión que tomo hoy es un paso muy importante para cambiar el orden de prioridades del Estado y poner en primer lugar a los que trabajan y pagan impuestos. El mecanismo actual perjudica a los padres que trabajan y da preferencia a los que no trabajan, por lo que el cambio es necesario. Seguiré liderando procesos que anulen los incentivos negativos para integrarse en el mercado laboral”.