Enfrentando desafíos novedosos, la OPEP+ busca contener los precios del petróleo a través de estrategias de producción.
A pesar de las recientes maniobras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados de la OPEP+, los esfuerzos por estabilizar los precios del petróleo en el mercado internacional no han proporcionado los resultados esperados.
La determinación de profundizar y extender los recortes de producción hasta el primer trimestre de 2024 no ha logrado mantener los precios del crudo Brent por encima de los 80 dólares por barril él.
Los analistas sostienen que las acciones de la OPEP+ de presentar los recortes como “voluntarios” podrían haber diluido su impacto psicológico en el mercado. Sin embargo, se reconoce el potencial que aún podría tener esta reducción en la oferta. De todas formas, las disensiones internas entre los miembros de la OPEP+ sobre los niveles de producción autónoma que deberían mantenerse han sembrado escepticismo entre los operadores.
Los recortes de 2,2 millones de barriles diarios para el primer semestre de 2024, que comprenden aproximadamente el 2% de la oferta global, habrían enviado a los traders al mercado de futuros en años anteriores. Ahora, la situación es diferente.
Las posturas varían, con pronósticos que consideran un posible giro de OPEP+ para derrumbar los precios y neutralizar la creciente producción de los perforadores estadounidenses y otros que sostienen que la demanda del petróleo es más débil que cómo la pintan.
La situación se ha complicado adicionalmente por las proyecciones de un lento crecimiento económico a nivel global, que ha potenciado los análisis bajistas de los traders. Además, el papel cada vez más relevante del análisis por algoritmo, que puede constituir hasta el 70% del volumen medio diario en un día, según fuentes de JP Morgan y TD Bank, ha incentivado un divorcio entre el mercado físico y el mercado de futuros del petróleo.
En este panorama, OPEP+ enfrenta el dilema de profundizar los recortes si los precios siguen decepcionantes, o revertir por completo su política y sobresaturar los mercados de petróleo, con potenciales costos a nivel de sus estrategias de transición energética.
Así, la OPEP+ se enfrenta a un futuro incierto, donde cada acción parece tener consecuencias igualmente problemáticas. Se observa una creciente disonancia entre la salud aparente del mercado físico y los precios en los mercados futuros. Sin duda, 2024 marcará un nuevo capítulo en la historia de la OPEP+ y su lucha por mantener el dominio en el mercado de petróleo.