Las tarifas aéreas entre Israel y Estados Unidos continúan elevadas, con billetes que no bajan de los 1.200 dólares para un viaje de ida y vuelta. Según Ophir Tours, la mayoría de los pasajes oscilan entre 1.500 y 2.000 dólares o más, sin indicios de que los precios retrocedan a los niveles previos a la guerra.
El retorno de aerolíneas estadounidenses y la entrada de Arkia en la ruta directa habían generado expectativas de una reducción en los costos, pero la situación se mantiene sin cambios. Desde el inicio de la guerra, los vuelos directos entre ambos países han registrado las mayores alzas, con El Al como la única compañía operando en la ruta Tel Aviv-Nueva York tras la salida de las aerolíneas estadounidenses del mercado israelí.
Las opciones con escalas tampoco han ofrecido alivio significativo. La ausencia de aerolíneas europeas ha complicado la disponibilidad de billetes a precios más bajos, consolidando una realidad en la que un pasaje de 1.200 dólares se considera accesible.
El desajuste entre oferta y demanda
Los boletos seguirán por encima de los 1.200 dólares en los próximos meses. Durante la Pascua, Delta Airlines ofrece las tarifas más bajas en vuelos directos a EE. UU., con precios desde 1.600 dólares. El Al, que ha mantenido operaciones sin interrupciones, ya no dispone de plazas en clase económica para Pésaj, por lo que los costos parten de los 2.300 dólares. En los casos en que aún hay disponibilidad en clase económica, los precios fluctúan entre 799 y 1.795 dólares, según los algoritmos de la aerolínea.
Tres compañías más han reanudado vuelos en la ruta Tel Aviv-Nueva York, aunque esto no representa un aumento real en la cantidad de aerolíneas. Antes de la guerra, El Al, United Airlines, Delta Airlines y American Airlines operaban estos vuelos. A partir de abril, Arkia sustituirá a American Airlines, que aún no ha confirmado su regreso a Israel.
Con apenas tres vuelos semanales, Arkia ofrece una capacidad reducida en comparación con las decenas de vuelos que antes operaban United, Delta y American. Además, la falta de acuerdos de código compartido con otras aerolíneas y la ausencia de un programa de fidelización la hacen menos atractiva para viajeros frecuentes y de negocios.
Los factores que elevan los costos
El retorno parcial de aerolíneas estadounidenses no ha sido suficiente para normalizar los precios de los vuelos directos. Mientras las operaciones no se recuperen por completo, es improbable que las tarifas bajen.
Otros factores también influyen en el encarecimiento de los boletos. La escasez global de aviones y repuestos ha incrementado los costos de las aerolíneas, lo que impacta en las tarifas, sobre todo en los vuelos transatlánticos.
En los próximos meses, podría producirse un fenómeno de «compra de venganza» similar al observado tras la pandemia. Muchos pasajeros, privados de viajar por un largo periodo, estarán dispuestos a pagar precios elevados, lo que permitirá a las aerolíneas mantener las tarifas altas sin temor a una caída en la demanda.
Alternativas para reducir costos
Las personas que buscan opciones más económicas pueden recurrir a vuelos con conexión, donde la diferencia de precio supera los 100 dólares en algunos casos. «Globes» identificó que Emirates ofrece billetes por menos de 1.000 dólares con escala en Atenas mediante un acuerdo de código compartido con Aegean. Otras opciones incluyen LOT, con escala en Polonia, y British Airways, con parada en Londres. Los tiempos de espera varían desde unas pocas horas hasta pernoctaciones prolongadas.
Hacia finales de año, después del verano y las vacaciones, las tarifas podrían experimentar una reducción, un comportamiento que suele repetirse cada año.