El lunes, quienes siguieron las primeras transmisiones de la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump observaron a una mujer de cabello blanco junto a Hillary Clinton. La mujer interactuaba con Susie Wiles, jefa de gabinete de Trump, en un intercambio animado.
Esa figura era Miriam Adelson, conocida por su papel como megadonante pro-Israel. Su apoyo resultó crucial en las victorias electorales de Trump y fue organizadora de un baile inaugural con Mark Zuckerberg, CEO de Meta.

Adelson, nacida en Tel Aviv hace 79 años y criada en Haifa, es una de las principales financiadoras de la política pro-Israel y una destacada benefactora de causas judías. Su labor continúa el legado de su muerto esposo, Sheldon Adelson, magnate de los casinos.
Durante años, la familia Adelson ha sido un pilar en la financiación de candidatos republicanos. Actualmente, Miriam posee una fortuna estimada en 35.000 millones de dólares y mantiene el enfoque político de su esposo, aunque adopta un enfoque más reflexivo en sus decisiones.

En octubre, Adelson donó al menos 100 millones de dólares a la campaña de Trump, ubicándose como la tercera mayor contribuyente detrás de Elon Musk, miembro clave en la administración, y Timothy Mellon. Además, participó en eventos importantes de la campaña, como presentar a Trump en un discurso sobre antisemitismo.
Miriam Adelson también asistió a una ceremonia en Mar-a-Lago para conmemorar el aniversario del ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre de 2023. Su presencia subraya su continuo compromiso con temas políticos y comunitarios.

A principios de este mes, compartió una cena en Mar-a-Lago con J.D. Vance, vicepresidente de Trump, y su esposa, Usha. La reunión alivió las preocupaciones de algunos republicanos pro-Israel sobre las posturas aislacionistas de Vance. El domingo anterior a la inauguración, Adelson y los Vance aparecieron juntos en una fiesta previa, consolidando su vínculo.