A medida que la temporada de invierno llega a su punto álgido en Israel, con temperaturas que caen por debajo del punto de congelación en algunas zonas, muchos israelíes se encuentran atrapados sin electricidad, sin poder calentar sus hogares ni preparar una comida debido a los problemas financieros.
La situación parece ser el resultado de un polémico sistema de pago utilizado es Israel, en el que algunos residentes pagan por adelantado para cargar un contador de uso de energía prepagado, y cada vez que llegan al límite, según la cantidad pagada, la electricidad se corta automáticamente, dejándolos sin calefacción ni luz.
Rina, de 55 años, se despertó este domingo -que fue uno de los días más fríos de este año en el Estado judío– temblando, ya que su apartamento se quedó sin electricidad una vez más.
“Siempre tengo miedo porque vivo al límite”, dijo Rina. Sufro una discapacidad física, tengo una enfermedad muscular, y es muy duro vivir en estas condiciones durante el invierno. También tengo problemas económicos, y los domingos por la mañana busco a alguien que pueda ayudarme y pagar para cargar mi contador de electricidad.
“Pero incluso después de encontrar a alguien, se necesita tiempo y mucha burocracia, y hasta entonces, no tengo electricidad en mi casa. Me encuentro en situaciones en las que estoy literalmente congelada. Le dije a la compañía eléctrica que podría llegar a la hipotermia, ¿a qué esperan?”, dijo.
“Cada vez cargo el contador con 200-250 NIS, que es todo lo que tengo, y me dura dos semanas, y eso que intento ahorrar todo lo que puedo, así que apenas enciendo la calefacción, y sólo uso varias mantas para no gastar demasiada electricidad”.
Daliyha, de 56 años, se encuentra en una situación similar, atrapada sin electricidad, mientras su hijo, su nuera y su nieto están en su apartamento aislados porque han dado positivo en la prueba de COVID-19.
“Tengo una discapacidad física y mental, y vivo de una pensión de discapacidad de sólo 3.000 NIS al mes”, dijo Daliyha. “Y con esta cantidad tengo que pagar el alquiler, las facturas, comprar medicamentos y alimentos, así que no queda mucho para la electricidad”.
Calificó la situación como “una desgracia”, y añadió que “la vida en Israel es muy cara, y el país no ayuda”.
Desde el comienzo de la pandemia, la Corporación Eléctrica de Israel permitía a sus consumidores utilizar un “código de emergencia” para evitar que las familias se quedaran sin electricidad. Sin embargo, este servicio fue cancelado recientemente, aunque la compañía afirma que permite su uso en los días más fríos.
“El contador de energía de prepago es el método de la Corporación Eléctrica de Israel para burlar a los pobres con el fin de no conectarlos a la electricidad ya que no pueden pagarla”, dijo la codirectora general del movimiento Breaking Walls, Carmen Elmakiyes Amos, que es una organización que promueve campañas públicas y activismo comunitario cívico y feminista, financiado con fondos públicos y en beneficio del público.
La organización se dirigió a la Corporación Eléctrica de Israel con una petición de urgencia para que cambiara la política de cortar la electricidad a quienes tienen un contador de prepago debido a sus dificultades económicas.
“Es un mal sistema que deja a la gente sin electricidad en los días de frío”, añadió Elmakiyes. “Miles de familias viven con la angustia existencial de que quizá mañana por la mañana no haya electricidad en casa y eso es una locura. La electricidad es un derecho fundamental y seguiremos luchando por ella”.
La Corporación Eléctrica de Israel dijo en un comentario: “En condiciones meteorológicas extremas, como las que estamos sufriendo estos días, se preordena el suministro de códigos de emergencia sin cargo inmediato para todos los que lo demanden”.
“La empresa también presta servicio a los clientes con dificultades económicas conocidas por las autoridades de bienestar social. Durante casi dos años, desde el brote del coronavirus, la empresa ha proporcionado códigos de emergencia sin límite”.
La empresa dijo que los llamados códigos de uso de emergencia utilizados por los necesitados acaban creando una deuda, que luego se paga con los fondos de los contribuyentes.
“Por regla general, un contador de electricidad de prepago no se instala necesariamente sólo para los grupos de consumidores desfavorecidos, a menos que el cliente considere que es la mejor solución para gestionar eficazmente el uso de la energía en su hogar”, añadió la empresa.