Dentro de unos meses, la unidad de Intel Mobileye hará la mayor oferta de una empresa israelí en Wall Street. Por el momento, hay más incógnitas que conocimientos sobre ese proceso, pero quien busque pistas sobre la estrategia de la empresa para la oferta podría encontrarlas en el Salón de la Electrónica de Consumo (CES), en Las Vegas.
Antes del CES, Mobileye dejó claro que no tenía ninguna intención de ocuparse de la flotación, sino, de momento, sólo de la tecnología. Sin embargo, la aparición de la empresa en la feria fue un “roadshow” en todos los sentidos. En los próximos meses, Mobileye tendrá que convencer a los inversores de que vale al menos 50.000 millones de dólares, más de diez veces la valoración a la que cotizó en su última etapa como empresa pública en Wall Street a mediados de la década pasada. Es cierto que el mercado de capitales de 2022 está mucho más ávido de inversiones especulativas en tecnología automovilística que en 2015, pero para lograr la valoración que busca, Mobileye tendrá que ganarse el apoyo y la confianza de fondos gigantes y casas de inversión conservadoras y sólidas.
La impresión que se desprende de la presentación de Mobileye en el CES es que su táctica consiste en extraer valor de varios aspectos del mundo de los coches inteligentes y de muchas jóvenes startups, y tratar de convencer a los inversores de que el valor del conjunto es mayor que el de la suma de las partes, y que no hay nada como las economías de escala.
Mobileye controla actualmente cerca del 80% del mercado mundial de productos ADAS (sistema avanzado de asistencia al conductor) para la conducción autónoma de bajo nivel, y es también su única fuente de ingresos.
La tecnología de Mobileye es el estándar en la industria del automóvil, y aunque en los últimos años han aparecido varios competidores que afirman que sus productos ofrecen una mejor relación precio/rendimiento, parece que esto no ha supuesto un obstáculo para Mobileye. La empresa sigue ganando cada año decenas de contratos estratégicos en la industria del automóvil, y su tasa de crecimiento anual en este campo es del 39%.
Sin embargo, el mercado de ADAS está bastante maduro, por lo que será difícil citar su potencial de ingresos como justificación de la valoración a la que aspira Mobileye en su salida a bolsa. Por lo tanto, Mobileye tendrá que convencer a los inversores de que puede aprovechar su familiaridad y acceso a todos los clientes potenciales importantes del mercado de ADAS para vender productos y servicios más rentables en el futuro.
Mobileye lo insinuó cuando habló en el CES de su intención de “llevar la conducción autónoma a las masas” mediante un nuevo y relativamente barato superchip diseñado para ser lo suficientemente fuerte y rápido como para sustituir la toma de decisiones de un conductor humano. Por su parte, los inversores de todo el mundo ya han escuchado muchas promesas de ese tipo en los últimos cinco años, incluso por parte de Tesla. Pocas se han cumplido.
Lidar: El favorito de los inversores
En el CES, Mobileye dedicó una larga encuesta a los avances en el desarrollo independiente de sensores Lidar avanzados, sobre la base de la tecnología desarrollada en Intel y transferida a la empresa. Los sensores Lidar basados en láser están pensados principalmente para servir de apoyo avanzado a las cámaras de vídeo en los sistemas de detección de los vehículos de alto nivel de autonomía. Dado que no hay perspectivas de producción en masa de este tipo de vehículos en un futuro próximo, se trata de un mercado limitado con un valor anual estimado de cuatro a cinco mil millones de dólares para 2025. En otras palabras, aunque el producto de Mobileye, cuyo lanzamiento está previsto para dentro de dos años, sea mejor y más barato que los de sus competidores, el potencial de generación de ingresos no es elevado.
Sin embargo, el Lidar es uno de los favoritos de los inversores y tiene un considerable valor especulativo. Empresas veteranas en este campo, como las estadounidenses Velodyne y Luminar Technologies, que generan ingresos, cotizan en Wall Street a múltiplos de 25-28 sobre su EBITDA previsto para 2025. Teniendo en cuenta la base de clientes potenciales de Mobileye y su capacidad para ofrecer su Lidar como parte de sistemas completos para la conducción autónoma en el futuro, se trata sin duda de una “especia” que puede añadirle valor en su salida a bolsa, a costa de las pequeñas empresas de Lidar.
Sensores de radar: Una dura competencia
Los sensores “Radar on a chip” representan otra capa de apoyo para la conducción autónoma, especialmente en condiciones de baja visibilidad. Su potencial de mercado es mucho mayor que el del Lidar, porque su bajo precio permite utilizarlos para mejorar los productos ADAS existentes en los vehículos de producción en serie con bajo nivel de autonomía. La demanda potencial para ellos en los próximos años es de millones de unidades anuales, y no sólo de miles o decenas de miles. Mobileye pretende incorporar el chip de radar que está desarrollando en los paquetes avanzados de ADAS que suministrará a la industria del automóvil en un plazo de dos años. El problema es que se trata de un mercado competitivo en el que participan empresas gigantescas comparables a Intel, como NXP, junto a grandes proveedores de la industria del automóvil, como Continental, que tienen una influencia considerable sobre los fabricantes de vehículos.
La cartografía: ¿Potencialidad de los spin-offs?
Desde mediados de la década pasada, Mobileye ha invertido en el desarrollo de tecnología cartográfica de alta resolución basada en los datos derivados de los sensores de sus cámaras.
El producto, los mapas digitales actualizados, tiene valor no solo para mejorar la capacidad de orientación de los futuros vehículos autónomos, sino también para diversos usos externos, como la planificación urbana. El mercado se estima en 1.400 millones de dólares en 2021, y se espera que crezca hasta los 17.000 millones anuales en 2030, lo que supone una tasa de crecimiento anual del 31%. Mobileye cuenta con varios socios estratégicos importantes en este campo, encabezados por el grupo Volkswagen, que en el CES anunció la ampliación de la colaboración. La gran pregunta es si los ingresos de este campo pueden contribuir materialmente al valor de Mobileye. El verdadero potencial reside en escindir esta actividad y venderla por miles de millones a un tercero: Volkswagen, por ejemplo.
Servicios de transporte: ¿Fabricará la empresa vehículos?
La actividad generadora de valor más importante de Mobileye no se mencionó en el CES, y al parecer la empresa la está reservando para una etapa más cercana a la salida a bolsa. Se trata del plan de convertirse en un proveedor de soluciones completas en forma de vehículos comerciales y taxis eléctricos autónomos.
Mobileye tiene todos los componentes necesarios: La app de planificación de viajes de Moovit; kits de hardware/software para convertir los vehículos existentes a la conducción autónoma (“full stack”); colaboraciones con socios en el transporte inteligente y el transporte de mercancías; y últimamente un acuerdo de cooperación con una empresa alemana que está desarrollando una plataforma eléctrica modular sobre la que se pueden montar las carrocerías de los vehículos.
En cuanto al valor potencial para los inversores, la empresa apunta alto, codeándose con proveedores de servicios de viaje como Uber, Lyft e incluso Waymo, empresas que el mercado tasa en decenas de miles de millones de dólares. Está apelando a los inversores en plataformas eléctricas inteligentes, el campo de empresas como Arrival, y sí, está insinuando el potencial para producir un vehículo eléctrico de marca, y aquí es donde está el dinero de los grandes inversores.
Sin duda, algunos de estos componentes no son más que promesas. Pero Mobileye está entrando en el mercado de capitales desde una posición inicial seria. Y en el mercado actual, que valora las promesas en billones -véase en Tesla-, creer en las promesas no es menos importante que el producto.
Publicado por Globes, Israel business news – en.globes.co.il – el 17 de enero de 2022.