Moody’s sostiene la calificación Baa1 de Israel, pero advierte sobre riesgos fiscales por alto gasto en defensa y un frágil alto el fuego con Irán.
Perspectiva negativa de Moody’s sobre Israel por riesgos geopolíticos
La agencia de calificación crediticia Moody’s decidió mantener la perspectiva negativa sobre la calificación crediticia de Israel, y dejó abierta la posibilidad de futuros recortes. La decisión, anunciada el 7 de julio de 2025, señala que los elevados costos de defensa y un crecimiento económico debilitado, combinados con un alto el fuego frágil con Irán, representan riesgos significativos para las finanzas públicas. La calificación crediticia se mantuvo en Baa1, tras el ataque del grupo terrorista Hamás en Gaza. La perspectiva negativa destaca los “riesgos a la baja” debido a “muy altos riesgos geopolíticos y de seguridad”, según el informe de la agencia.
El alto el fuego con Irán, implementado el 24 de junio de 2025 tras un conflicto de 12 días, no disipa las preocupaciones de Moody’s. La agencia advierte que un conflicto directo prolongado con Irán aumentaría el gasto gubernamental y reduciría la generación de ingresos, lo que provocaría déficits fiscales más amplios y un incremento de la deuda pública. Además, una reanudación de la guerra podría causar daños en la infraestructura crítica y deteriorar las condiciones de seguridad, lo cual reduciría la inversión y la actividad económica en Israel. Durante la guerra con Irán, que comenzó el 13 de junio de 2025, las defensas antiaéreas israelíes sufrieron una penetración significativa de misiles iraníes, lo cual expuso deficiencias en la seguridad nacional.
El impacto económico de las tensiones geopolíticas aparece en las proyecciones de Moody’s, que prevén un crecimiento del PIB de Israel de solo el 2% en 2025, claramente inferior al 3,3% proyectado por el Banco de Israel. Para 2026, la agencia prevé una recuperación con un crecimiento del 4,5%, atribuido a la reconstrucción, mayor gasto en defensa y un repunte del consumo. No obstante, estas cifras se distancian de las estimaciones más favorables del Banco de Israel, que calcula un 4,6% para el mismo año. La diferencia se basa en la evaluación de factores como la confianza del consumidor, el debilitado sector turístico y la escasez de mano de obra, que afectan la economía.
La agencia señaló que, pese a los desafíos, Israel conserva un acceso sólido a los mercados financieros, con emisiones de bonos que registraron alta demanda durante y después de la guerra con Irán. Este acceso permite al gobierno cubrir sus necesidades de financiamiento sin dificultades inmediatas, lo que mantiene la deuda en niveles manejables. Sin embargo, Moody’s calcula que la relación deuda-PIB llegará al 75% en el mediano plazo, un aumento respecto al 70% estimado previamente, como consecuencia del alza en el gasto militar y del crecimiento económico más lento. Se estima que el déficit fiscal alcanzará el 8% del PIB en 2025, con el gasto en defensa representando aproximadamente el 1% del PIB.
Datos clave sobre la calificación crediticia de Israel
- Calificación actual: Baa1, nivel más bajo de grado de inversión asignado por Moody’s a Israel.
- Relación deuda-PIB: Prevista en 75% para el mediano plazo, frente al 70% calculado antes de la guerra con Irán.
- Déficit fiscal: Estimado en 8% del PIB para 2025, debido al gasto en defensa.
- Crecimiento del PIB: 2% en 2025 y 4,5% en 2026, según Moody’s, por debajo de las estimaciones del Banco de Israel.
- Conflicto con Irán: 12 días de hostilidades, del 13 al 24 de junio de 2025, con un alto el fuego frágil en vigor.
Impacto de los costos de defensa en la economía de Israel
El aumento sostenido del gasto en defensa fue un elemento decisivo en la evaluación de Moody’s. Desde el inicio de la guerra con Hamás en octubre de 2023, los costos militares ampliaron el déficit presupuestario. La guerra con Irán en junio de 2025 aumentó esta tendencia, con un gasto militar calculado en más del 12% del PIB hasta finales de 2025. Los combates en varios frentes, incluidos Gaza, Líbano con Hezbolá, y la guerra más reciente con Irán, aumentaron las necesidades de financiamiento del gobierno.
En septiembre de 2024, Moody’s redujo la calificación de Israel de A2 a Baa1, al identificar un deterioro en la capacidad institucional para gestionar las finanzas públicas durante conflictos armados. Esta segunda rebaja en 2024 reflejó el incremento de los riesgos geopolíticos y la ausencia de una estrategia definida para estabilizar las finanzas públicas. La decisión de mantener la perspectiva negativa en julio de 2025 reafirma la preocupación por la sostenibilidad fiscal, en especial ante la posibilidad de que se reanuden las hostilidades con Irán o Hezbolá.
El sector de alta tecnología, con fuerte peso en la economía israelí, también afronta presiones. Las inversiones en ciberseguridad e inteligencia artificial alcanzaron $2,2 mil millones en el primer trimestre de 2025, equivalentes al 0,4% del PIB, un nivel similar al de 2024. No obstante, la incertidumbre geopolítica y la reducción de la confianza entre los inversores podrían limitar el desarrollo de este sector, que contribuye a los ingresos fiscales del gobierno.
La guerra con Irán elevó los costos militares y produjo también pérdidas humanas y materiales. Los ataques iraníes causaron 28 muertes en Israel, mientras que las represalias israelíes provocaron 610 muertes y 4.746 heridos en Irán, según datos oficiales. La inestabilidad del alto el fuego, evidente por acusaciones mutuas de violaciones pocas horas después de su implementación, mantiene la incertidumbre en los mercados financieros.
Riesgos geopolíticos y el frágil alto el fuego con Irán
El alto el fuego con Irán, facilitado por el presidente estadounidense Donald Trump y en vigor desde el 24 de junio de 2025, puso fin a un conflicto de 12 días que incluyó ataques aéreos y misiles balísticos. Sin embargo, la tregua enfrentó amenazas inmediatas, como el bombardeo israelí a un radar cercano a Teherán y el lanzamiento de misiles iraníes, lo que generó acusaciones cruzadas de incumplimiento. Aunque no se han producido nuevos ataques desde fines de junio, la desconfianza bilateral persiste, lo que eleva los riesgos crediticios para Israel.
La situación en Gaza y en el frente norte con Hezbolá también incrementa la inestabilidad. Aunque la intensidad de las hostilidades en Gaza disminuyó y los riesgos de una escalada con Hezbolá se redujeron, Moody’s señala que los riesgos geopolíticos continúan generando incertidumbre. Las conversaciones vigentes para establecer un alto el fuego y liberar a los rehenes con Hamás no han mostrado avances relevantes, lo cual prolonga la presión sobre las finanzas públicas. Un informe de enero de 2025 indicó que un alto el fuego sostenido con Hamás reduciría los riesgos fiscales, pero las negociaciones actuales no permiten prever un acuerdo definitivo.
El respaldo militar y político de Estados Unidos redujo los riesgos inmediatos. Durante la guerra con Irán, Estados Unidos proporcionó apoyo militar directo, incluido el ataque a instalaciones nucleares iraníes. Este respaldo facilitó el acceso de Israel al financiamiento internacional y mantuvo la confianza de los inversores, pese a los retos fiscales.
La coincidencia de un alto el fuego frágil, gastos elevados en defensa y crecimiento económico limitado crea dificultades relevantes para la economía de Israel. Aunque la economía presentó señales de recuperación con el aumento del consumo y la inversión hacia fines de 2024, los factores de riesgo siguen predominando en las proyecciones de la agencia.