La OPEP+ descarta acciones inmediatas tras el llamado de Irán para un embargo de petróleo contra Israel debido al conflicto con Hamás en Gaza, manteniendo su postura no política.
Irán instó a las naciones musulmanas productoras de petróleo, específicamente a los miembros de la OPEP+ en Oriente Medio, a iniciar un “embargo completo e inmediato” de petróleo contra Israel. Esta solicitud se produjo en respuesta a los devastadores ataques aéreos en la Franja de Gaza, que han causado estragos y cobrado vidas.
El gobierno iraní se comunicó a través de varios canales, exigiendo un alto en el suministro de petróleo al “régimen sionista”, según informes recogidos por Bloomberg. La situación se intensificó aún más con Hamás acusando a Israel de un bombardeo que impactó un hospital, incidente que provocó un salto en los precios del petróleo de más del 2 % en las primeras horas del intercambio del miércoles.
Sin embargo, fuentes dentro de la OPEP+ han confirmado a Reuters que no hay planes para una reunión extraordinaria sobre este asunto, ni se anticipan movimientos bruscos en respuesta a la solicitud de Irán. La explosión en el hospital, aunque condenada por Irán, parece haber sido causada por un cohete defectuoso lanzado por la Yihad Islámica, no por Israel, según las evidencias presentadas.
“La OPEP no es una organización política”, afirmó un informante clave, subrayando la postura históricamente neutral que tanto la OPEP como la OPEP+ han mantenido en cuestiones geopolíticas. Esta neutralidad se ha sostenido incluso frente a sanciones de Estados Unidos contra miembros como Irán y Venezuela, así como las impuestas por Estados Unidos y la UE a Rusia, participante de la OPEP+, por sus acciones en Ucrania.
A pesar de que Israel no es un importador significativo de petróleo, la tensión creciente entre Hamás e Israel genera preocupaciones en los mercados globales. Los analistas están en alerta, considerando que cualquier escalada podría afectar el suministro desde la región productora de petróleo más crítica a nivel mundial.
En este contexto tenso, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó a Israel. En una sesión informativa con el primer ministro Benjamin Netanyahu, expresó su consternación y condena por la explosión en el hospital de Gaza, señalando que, según su entendimiento, la responsabilidad recae en “el otro equipo”, en referencia a las facciones opuestas a Israel.