Hace casi un año que Eli Rozenberg, al que se unió posteriormente su padre Kenny Rozenberg, compró una participación de control en El Al Israel Airlines Ltd. (TASE: ELAL) y, como muestran los resultados financieros de hoy para el segundo trimestre de 2021, las pérdidas van en aumento.
La aerolínea registró una pérdida neta de 80 millones de dólares en el segundo trimestre de este año, que se compara con una pérdida de 104 millones de dólares en el segundo trimestre de 2020. Los ingresos del trimestre fueron de 222 millones de dólares, frente a los 151 millones del trimestre correspondiente de 2020.
El Al tiene una capitalización bursátil de 563 millones de NIS, un 40% por debajo del precio al que Rozenberg compró su participación del 40% el pasado septiembre, lo que supone una pérdida de 200 millones de NIS. El futuro inmediato tampoco ofrece demasiadas esperanzas.
Los auditores de la aerolínea mantuvieron la calificación de “empresa en funcionamiento” adjunta al estado financiero de El Al y advirtieron de que la variante de Delta ha provocado un descenso de la demanda, que se ha manifestado, entre otras cosas, en una caída de la venta de billetes para la continuación del año y que el agravamiento de la crisis ha creado un desfase entre las hipótesis anteriores de la dirección de la empresa sobre la magnitud del retorno a las operaciones en 2022”.
El Al ya pidió al Ministerio de Finanzas que pospusiera la oferta pública de venta de 105 millones de dólares prevista para finales de julio, a la que la aerolínea se había comprometido inicialmente como parte del paquete de ayudas estatales, como parte del cual Kenny Rozenberg inyectará otros 40 millones en la compañía, además de los 160 millones que ya ha invertido.
El Al recibió 210 millones de dólares del gobierno israelí para los billetes del personal de seguridad durante los próximos 20 años, pero ahora busca más dinero, tal y como explicó el director general Avigal Soreq en el comunicado financiero de hoy: “La extensión de la variante Covid-19 Delta nos obliga a adaptar nuestros gastos al alcance de nuestro negocio. Además, necesitamos un nuevo paquete de ayudas del Estado, a la vista de las nuevas restricciones a nuestra actividad, al igual que los competidores de El Al, que reciben subvenciones de sus gobiernos, lo que les da una ventaja competitiva injusta”.
A pesar de todas las dificultades, el director financiero de El Al, Itzik Eliav, destacó el apoyo inquebrantable de los Rozenberg a la aerolínea. Dijo: “Hasta ahora los propietarios mayoritarios han invertido 160 millones de dólares y están comprometidos con la compañía. Es un triángulo en el que participan todos. El Estado tiene que intervenir. Hemos despedido a 1.900 personas y hemos hecho muchas cosas.