Los precios del petróleo se disparan tras informes de inteligencia de EE. UU. sobre un posible ataque israelí a sitios nucleares iraníes.
Alza del crudo por temores de conflicto en Oriente Medio
Los precios del petróleo se incrementaron más del 1% el miércoles tras un informe de CNN que citó a múltiples funcionarios estadounidenses, quienes indicaron que la inteligencia de Estados Unidos sugiere que Israel prepara un ataque contra instalaciones nucleares de Irán. Este escenario elevó los temores de una interrupción en el suministro de crudo en una región clave para la producción mundial de energía. El contrato de Brent subió 1,20 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) ganó 1,15 dólares, reflejando la incertidumbre en los mercados energéticos. La posibilidad de un conflicto en Oriente Medio, que produce cerca del 30% del petróleo global, generó una rápida reacción entre los inversionistas, quienes anticipan volatilidad en los precios si las tensiones escalan.
El informe de CNN, publicado el martes, detalló que la inteligencia estadounidense se basa en comunicaciones públicas y privadas de altos funcionarios israelíes, interceptaciones de comunicaciones militares y observaciones de movimientos de tropas que sugieren preparativos para un ataque inminente. Una fuente citada por la cadena afirmó que la probabilidad de un ataque israelí contra un sitio nuclear iraní “ha aumentado significativamente en los últimos meses”. Este desarrollo ocurre en un contexto de crecientes tensiones entre Israel e Irán, marcadas por dos rondas de ataques directos desde octubre de 2023, los primeros de este tipo entre ambos países. La escalada ha alimentado preocupaciones sobre una guerra regional que podría involucrar a otros actores, como las milicias respaldadas por Irán en la región.
El mercado del petróleo, ya sensible a las dinámicas geopolíticas, mostró una respuesta inmediata. Los contratos de futuros del crudo subieron casi 2% en las primeras horas de negociación en Asia, según datos de Reuters. Los inversionistas temen que un ataque a las instalaciones nucleares iraníes pueda provocar represalias que afecten la infraestructura energética de Irán, un productor que exporta cerca de 1,5 millones de barriles diarios, principalmente a China. Aunque Irán ha negado buscar armas nucleares, las sospechas sobre su programa nuclear, descubiertas en 2002, han mantenido la presión internacional sobre el país.
A pesar del alza en los precios del crudo, los mercados de valores asiáticos mostraron resiliencia. Los principales índices en Hong Kong, Tokio y Seúl extendieron las ganancias del día anterior, con un aumento promedio del 0,8%, según reportes de Bloomberg. Los analistas atribuyen esta estabilidad a la percepción de que un ataque israelí, de concretarse, sería limitado y calibrado para evitar una guerra total, como ocurrió en la ofensiva aérea de Israel contra Irán en octubre de 2024, que evitó dañar la infraestructura energética bajo presión de la administración de Joe Biden.
Datos clave sobre el impacto en el mercado del petróleo
- Alza del Brent: El contrato de referencia global subió 1,20 dólares por barril, alcanzando los 74,50 dólares.
- Exportaciones iraníes: Irán exporta cerca de 1,5 millones de barriles diarios, representando el 16% de las importaciones marítimas de crudo de China en marzo de 2025.
- Producción regional: Oriente Medio aporta el 30% de la producción mundial de petróleo, según la Agencia Internacional de Energía.
- Volatilidad histórica: Los precios del crudo han subido hasta un 10% en episodios previos de tensiones entre Israel e Irán, como en abril de 2024.
Tensiones nucleares y sanciones intensifican la incertidumbre
Las tensiones entre Israel e Irán se han intensificado desde que Donald Trump, tras asumir su segundo mandato en enero de 2025, adoptó una postura más dura contra el programa nuclear iraní. En abril, Trump inició negociaciones con Irán en Omán, buscando un acuerdo para limitar el enriquecimiento de uranio al 3,67%, nivel permitido para fines civiles. Sin embargo, las conversaciones, descritas como “difíciles” por el ministro de Exteriores iraní Abbas Araghchi, no han logrado avances significativos. Irán ha calificado las demandas estadounidenses de “excesivas”, mientras Trump ha amenazado con ataques militares conjuntos con Israel si no se alcanza un acuerdo.
En paralelo, Estados Unidos ha incrementado las sanciones contra el comercio de petróleo iraní. En marzo de 2025, el Departamento del Tesoro impuso medidas contra más de 30 corredores y compañías navieras involucradas en la exportación de crudo iraní, con el objetivo de reducir las exportaciones del país a cero. Estas sanciones han complicado las ventas de Irán, que dependen en gran medida de redes opacas de transporte marítimo a través de países como Malasia y Singapur. China, que adquiere el 90% de las exportaciones petroleras iraníes, importó un récord de 1,8 millones de barriles diarios en marzo, según la firma de rastreo marítimo Vortexa.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha abogado por una solución drástica al programa nuclear iraní, proponiendo un modelo similar al desmantelamiento del programa nuclear de Libia en 2003. En una declaración reciente, Netanyahu afirmó que un acuerdo aceptable implicaría “entrar, destruir las instalaciones y desmantelar todo el equipo bajo supervisión estadounidense”. Esta postura contrasta con los esfuerzos diplomáticos de Trump, quien, según The New York Times, desestimó propuestas israelíes para atacar sitios nucleares iraníes en abril, priorizando las negociaciones.
La infraestructura nuclear de Irán, que incluye sitios como el complejo de enriquecimiento de Fordow, ubicado bajo tierra, representa un desafío militar significativo. Expertos citados por Foreign Policy señalan que incluso con apoyo estadounidense, destruir estas instalaciones requeriría armamento especializado, como bombas antibúnkeres, y no garantizaría la eliminación del conocimiento científico iraní. Un ataque previo de Israel contra el reactor nuclear sirio de Deir Ezzor en 2007 y el reactor iraquí de Osirak en 1981 demostró la capacidad del país para ejecutar operaciones precisas, pero la escala del programa iraní es considerablemente mayor.