Portugal planea incrementar las compras de gas natural licuado (GNL) procedente de Estados Unidos y Nigeria, según declaró la ministra de Medio Ambiente, Maria da Graca Carvalho. La medida busca poner fin a las importaciones de gas ruso. De acuerdo con datos del operador de redes REN, el país importó 49.141 gigavatios-hora (GWh) de gas natural en 2024, con el 96% de estas compras correspondientes a GNL.
Nigeria lideró el suministro de GNL a Portugal con un 51%, seguida de Estados Unidos con el 40% y Rusia, que aportó el 4,4%. Antes de la guerra en Ucrania, Rusia proporcionaba el 15% del GNL importado por Portugal.
La limitada conexión energética de Portugal con el resto de Europa ha consolidado su condición de “isla energética”. Sin embargo, el país ha desarrollado un sector de GNL robusto, a pesar de no contar con recursos propios de petróleo, gas o carbón. Tanto Portugal como España se destacan en Europa por sus instalaciones de regasificación, acumulando entre ambos un tercio de la capacidad total del continente. España lidera en número de terminales, mientras que Portugal ocupa una posición estratégica clave.
Por otro lado, en Eslovaquia, el primer ministro Robert Fico expresó recientemente su disposición a reanudar el tránsito de gas a través de Ucrania tras el vencimiento de un acuerdo de cinco años entre Moscú y Kiev. Fico instó al presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, a considerar esta opción para aliviar los altos costos energéticos en la región. Además, el 1 de diciembre, la compañía estatal de Azerbaiyán, SOCAR, inició el suministro de gas natural a Slovenský plynárenský priemysel (SPP), el mayor operador energético estatal de Eslovaquia.
El gasoducto eslovaco, con capacidad para 100.000 millones de metros cúbicos, podría jugar un papel clave en el futuro energético de la región, según Fico. Mientras tanto, el precio del gas natural en Europa subió a 48 euros por megavatio-hora debido a la mayor demanda invernal.
En paralelo, una de las primeras decisiones de la administración Trump incluyó la eliminación de restricciones a las licencias de exportación de GNL, facilitando la emisión de nuevos permisos. Esto ha impulsado las exportaciones estadounidenses, con Europa y Asia como principales mercados. Trump alentó a la UE a adquirir más gas y petróleo estadounidenses, planteando esta medida como alternativa frente a posibles aranceles.