Este mes, Gazprom puso en marcha la primera de las seis líneas de la Planta de Procesamiento de Gas de Amur (GPP). En 2025, cuando la planta alcance su capacidad de diseño, no solo se convertirá en el mayor centro ruso de procesamiento de gas natural (42.000 millones de metros cúbicos al año), sino que también aumentará la cuota de Rusia en el mercado mundial de helio. Además del etano, los gases licuados del petróleo y la fracción de pentano-hexano, el GPP de Amur, limítrofe con China, será capaz de producir hasta 60 millones de metros cúbicos de helio al año. Para que quede claro, en 2020 Rusia produjo 4,5 millones de metros cúbicos (mcm) de helio, mucho menos que Estados Unidos (74 mcm, incluyendo el helio del almacenamiento de Cliffside) y Qatar (45 mcm, según el Servicio Geológico de Estados Unidos).
Una ventana de oportunidad Gazprom tomó la decisión final de inversión en el proyecto Amur GPP en octubre de 2012, aprobando también un plan de inversión para el yacimiento Chayandinskoye, que posteriormente abastecerá de gas natural al gasoducto Power of Siberia. Un año después, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Administración del Helio (2013) que limitó las extracciones de la instalación de almacenamiento de helio de Cliffside. En 2012, se extrajeron 60 mcm de helio de este almacenamiento, mientras que en 2020 esta cifra no superó los 13 mcm, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Como resultado, en el mismo periodo, Estados Unidos redujo su suministro de helio en más de un 40% (de 133 millones a 74 mcm, según se desprende de los datos del USGS), lo que no podía sino crear oportunidades para otros países suministradores, cuya cuota mundial ha aumentado del 24% en 2012 al 47% en 2020. Qatar, por ejemplo, ha triplicado con creces su producción de helio entre 2012 (13 mcm) y 2020 (45 mcm).
Sin embargo, esto no ha evitado el riesgo de escasez mundial, como demuestra el aumento de los precios. Según el Centro de Comercio Internacional de la ONU/OMC, en 2020, el precio medio de exportación del helio en Estados Unidos aumentó un 21%, pasando de 3,5 a 4,2 dólares por metro cúbico, mientras que en noviembre de 2020 superó los 4,9 dólares por metro cúbico. La razón es el crecimiento de la demanda, especialmente en Asia: en 2020, el suministro total de helio de Estados Unidos a Japón, China y Corea del Sur superó el nivel de 2017 en un 40% (43,4 millones de metros cúbicos frente a 31,0 millones de metros cúbicos). La demanda está impulsada por el mercado de la imagen por resonancia magnética (IRM), que es uno de los segmentos clave del consumo de helio. De 2016 a 2019, las ventas de equipos de IRM en Japón, China y Corea del Sur aumentaron un 24% en total (hasta los 1.100 millones de dólares, según Mordor Intelligence), y aún no han tocado techo: en 2019, en términos de número medio de unidades de IRM, Corea del Sur era casi la mitad que Estados Unidos (30 frente a 55 unidades por millón de habitantes, según datos de la OCDE). Otro motor es la industria aeroespacial, que representaba el 9% de la demanda mundial de helio en vísperas de la pandemia (frente al 26% de la sanidad, el 14% de la electrónica y el 51% del resto de sectores, según Mordor Intelligence). En este caso, el uso del helio se verá espoleado por la puesta en marcha de una estación orbital china, junto con los ambiciosos planes de SpaceX y la mayor disponibilidad del turismo espacial. Entre 2016 y 2019, la demanda mundial de helio dentro de este sector creció un 9%, mientras que para 2024 aumentará otro 21%, según la previsión de Mordor Intelligence. Lo mismo ocurre con la electrónica, donde el helio se utiliza para refrigerar los smartphones. Entre 2016 y 2020, el número mundial de usuarios de smartphones creció en dos tercios, pasando de 3.700 millones a 6.100 millones. Es poco probable que este crecimiento se detenga, dado que para 2024 el número de dispositivos móviles (incluyendo tabletas y dispositivos IoT) pasará de 14.000 millones a 17.700 millones, según la previsión de Statista.
Por lo tanto, la demanda mundial de helio seguirá creciendo: en 2024 aumentará un 21% en comparación con los niveles de 2019, según se desprende de la previsión proporcionada por Mordor Intelligence antes de que comenzara la pandemia. Además, el aumento real puede resultar aún más significativo, dado el explosivo crecimiento de la demanda de IRM durante la pandemia. Por ello, los productores de helio han estado entre los favoritos del mercado bursátil durante el último año y medio: según Bloomberg, desde principios de enero de 2020 hasta mediados de junio de 2021, la capitalización bursátil de Helium One (Reino Unido) casi se triplicó (hasta 154,1 millones de dólares). En el caso de Blue Star Helium (Australia), creció 9 veces (hasta 32,9 millones de dólares), y en el de RHC Helium (Canadá) – 86 veces (hasta 60,5 millones de dólares).
Una línea de tiempo para los nuevos proyectos
Por la misma razón, el GPP de Amur no será el único nuevo centro de producción de helio en Rusia. Hasta la fecha, el único emplazamiento ruso es la planta de helio de Orenburg, que ha reducido la producción de 5,1 mcm a 4,5 mcm entre 2017 y 2020. Pero ya en 2022, la Compañía Petrolera de Irkutsk (INK) tiene previsto poner en marcha una planta con una capacidad anual de 7,5 millones de metros cúbicos de helio, con base en el yacimiento de Yarakta, en Siberia Oriental. A continuación, en 2025, INK pondrá en marcha otra planta de helio (con una capacidad anual de 4,5 mcm), que procesará el gas del yacimiento de Markovskoye.
En Yakutia, con el apoyo de la Corporación de Desarrollo del Lejano Oriente, se construirá para 2030 una instalación de almacenamiento de helio con una capacidad de 40 mcm. Se llenará con el helio de los yacimientos Otradninskoye y Srednebotubinskoye (Siberia Oriental), cuyos operadores -Sakhatransneftegaz, así como Rosneft, RNG y Alrosa- podrán emprender un proyecto de helio en dos etapas. En la primera etapa, se construirán capacidades de helio con un volumen anual de 0,3 a 1,2 mcm, y en la segunda etapa se aumentará su volumen a 8 – 12 mcm.
A su vez, los organismos reguladores, atendiendo a las necesidades de los principales agentes del mercado, van a incluir la obligación de extraer reservas de helio en las licencias de los yacimientos de gas natural (para evitar la pérdida anual de hasta 15 mcm de helio), así como de establecer las reservas estatales y comerciales de concentrado de helio (para satisfacer las necesidades a largo plazo de las industrias consumidoras de helio y para cubrir los riesgos de exportación). Esto ayudará a los productores rusos a aumentar la capacidad anual de helio a más de 80 mcm – a un nivel, que es excesivo para el mercado ruso, dado que la demanda nacional anual nunca ha superado los 4,8 mcm, y en 2020 ascendió a 4 mcm, según se desprende del Centro Analítico del Complejo de Combustible y Energía del Ministerio de Energía de Rusia. Por ello, los nuevos proyectos de helio rusos estarán orientados a la exportación.
Más que una decisión oportuna
Y esto es una buena noticia para el mercado mundial, dado el ya mencionado riesgo de escasez global. De hecho, los productores rusos entrarán en el nicho formado a raíz de la reducción de la oferta estadounidense. Entre 2012 y 2020, éste se redujo en 59 mcm, lo que equivale casi a la capacidad de helio del GPP de Amur. Por lo tanto, el crecimiento de las exportaciones rusas no dará lugar a un colapso de los precios ni a un excedente en el mercado mundial. Al contrario, Rusia se convertirá en el salvador del mercado mundial, capaz de satisfacer las necesidades de los consumidores europeos y asiáticos gracias a sus dispersas instalaciones de producción y a las ventajas logísticas asociadas.
Linde ya ha tomado ventaja: en 2018, el productor alemán de gas industrial firmó un contrato para comprar helio del GPP de Amur, habiéndose convertido previamente en su licenciatario. Es de esperar que otros actores clave del mercado sigan este camino.