Israel alcanzó un nuevo récord en el consumo eléctrico el pasado domingo, debido a una intensa ola de calor que llevó a la población a utilizar de forma masiva sistemas de aire acondicionado. El récord anterior fue superado con un consumo de 15.690 megavatios.
Detalles sobre el récord de consumo energético
La última ola de calor en Israel provocó una demanda sin precedentes de energía eléctrica, registrándose un consumo de 15.690 megavatios a las 14:53, superando el anterior récord de 15.384 megavatios, establecido el 25 de julio. Según Noga, el Operador Independiente del Sistema Eléctrico, aproximadamente la mitad de esta electricidad fue destinada a la climatización.
Los datos del Servicio Meteorológico de Israel revelaron que las temperaturas superaron los 40 °C en Jerusalén y llegaron a los 41 °C en algunas zonas de la Baja Galilea y el valle del Jordán. La energía consumida provenía principalmente de fuentes como el gas natural, el carbón y los paneles solares.
Shaul Goldstein, CEO de Noga, atribuyó la alta demanda tanto a la ola de calor extremo como al aumento en el uso de aire acondicionado y vehículos eléctricos. Goldstein aseguró que el sistema estaba preparado para soportar cargas aún mayores, siempre que no hubiera averías significativas.
Incidentes previos y medidas preventivas
En junio, cerca de 300.000 hogares en Israel se quedaron sin electricidad debido a los fuertes vientos y altas temperaturas que afectaron a las centrales eléctricas. Durante ese incidente, las temperaturas alcanzaron en algunos lugares los 43 °C o más, y hubo problemas en las centrales eléctricas y en el rendimiento de los paneles solares.
Goldstein enfatizó que la entrada de más proveedores de electricidad en el mercado en los últimos años ha reducido la dependencia de un único productor, brindando una mayor flexibilidad y capacidad de respuesta. También destacó la importancia de la instalación de paneles solares en los hogares y el uso racional de la electricidad durante las horas pico.
Las autoridades continúan trabajando en el mantenimiento y preparación de las infraestructuras energéticas, con el objetivo de prevenir futuras interrupciones en el suministro y garantizar una respuesta eficaz a las demandas crecientes durante las olas de calor.