Rusia ha redirigido a China sus exportaciones de petróleo que antes iban a Europa mediante la Ruta del Mar del Norte (NSR) del océano Ártico, generando preocupaciones ecológicas.
Rusia prioriza la Ruta del Mar del Norte
Debido a las sanciones en Europa, Rusia ha reorientado su exportación de petróleo hacia China y Asia a través del Ártico. En julio, Rusia envió dos cargamentos de petróleo y otros cuatro petroleros están en ruta, transportando 750,000 barriles cada uno.
Esta ruta ártica es 30 % más rápida que el tradicional canal de Suez, convirtiéndose en una alternativa estratégica para dirigir el crudo de Rusia hacia Asia, desviando de Europa.
Historicamente, Rusia había utilizado esta ruta pocas veces en la última década para enviar petróleo a Asia.
Reorientación estratégica hacia el este
Matt Sagers, experto en energía rusa de S&P Global, ha señalado que este movimiento hacia el este en las exportaciones de petróleo y gas natural licuado (GNL) fue una estrategia premeditada por Rusia.
Con la pérdida del mercado europeo, Rusia ha potenciado la utilización de la NSR, lo que ha permitido una reducción en los días de tránsito marítimo y en la cantidad de petroleros necesarios.
Sagers indica que explotaciones como Vostok Oil podrían ser evacuadas usando esta ruta.
Aumento de tráfico y capacidad en NSR
Se espera que el tráfico en la NSR crezca rápidamente. Svetlana Lobaciova, analista de mercado de E.A. Gibson, señala que Sovcomflot (SCF), la compañía petrolera estatal rusa, cuenta con más de 35 petroleros de clase hielo, lo que aumenta su capacidad de exportación.
Existen otros petroleros en operación pertenecientes a diferentes propietarios.
El incremento en la utilización de la ruta genera beneficios logísticos y estratégicos para Rusia.
Preocupaciones ecológicas por uso de NSR
El aumento en la utilización de la NSR ha levantado alarmas entre ecologistas, ya que representa una amenaza para el ecosistema ártico.
Mawuli Afenyo, de la Texas A & M University, advierte que el incremento del tráfico marítimo en la región aumenta el riesgo de accidentes. El petróleo atrapado en hielo puede moverse rápidamente y contaminar amplias áreas antes de que el hielo se derrita y libere el petróleo al mar.