El vicepresidente del Parlamento ruso ha revelado que Rusia y Cuba están considerando la construcción de una refinería de petróleo en Cuba con la colaboración de empresas rusas. Durante una reciente visita de legisladores rusos a la isla, se discutió la viabilidad del proyecto, según informó Alexander Babakov, vicepresidente del Congreso, a la agencia de noticias rusa TASS.
“Las mayores empresas estatales rusas podrían operar aquí”, declaró Babakov. Añadió que “Cuba tiene petróleo crudo: lo lógico es no importar productos petrolíferos, sino producirlos aquí”, citado por TASS.
Desde la década de 1950, Rusia y Cuba han mantenido estrechos lazos, inicialmente establecidos entre la Unión Soviética y el gobierno comunista cubano. En la actualidad, Cuba depende principalmente de Venezuela para el suministro de crudo. Sin embargo, la disminución de los envíos en los últimos años se ha atribuido a la decadencia de la industria petrolera venezolana y a las sanciones estadounidenses contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, un firme aliado de Cuba.
El deterioro de la industria petrolera en Venezuela ha reducido significativamente el combustible que llega a Cuba, afectando la capacidad de la isla para alimentar sus antiguas plantas eléctricas. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), más del 80% de la generación de energía en Cuba depende de productos derivados del petróleo.
En 2021, la crisis petrolera venezolana provocó protestas masivas en Cuba. Este año, el gobierno cubano, enfrentando una escasez crónica de gasolina y otros combustibles, anunció un aumento del 500% en los precios de los combustibles a partir del 1 de febrero de 2024. Esta medida refleja la incapacidad del gobierno para continuar con la extensa campaña de subsidios que mantenía precios bajos en casi todos los bienes y servicios esenciales.
Desde 2022, Cuba ha importado algo de crudo ruso, aunque hubo una pausa de un año antes de que llegara un nuevo cargamento de petróleo ruso en marzo de este año. La posible construcción de una refinería en Cuba por parte de Rusia podría significar una solución a largo plazo para los problemas energéticos de la isla, aprovechando sus propios recursos de crudo y reduciendo la dependencia de importaciones de productos petrolíferos.