Ryanair, la aerolínea irlandesa de bajo coste, anunció la suspensión de sus vuelos hacia y desde Tel Aviv a partir del 27 de febrero, alegando el aumento de los costes de explotación. Esta decisión se produce apenas un mes después de que la compañía reanudara sus operaciones a Israel con un horario reducido en medio de la guerra en curso con el grupo terrorista Hamás.
La aerolínea, que es la mayor de Europa por número de pasajeros, dijo que la suspensión se debe a la obligación impuesta por el Aeropuerto Internacional Ben Gurion de operar desde la Terminal 3, que tiene tarifas más elevadas en comparación con la Terminal 1. La Terminal 1, utilizada generalmente por compañías chárter y de bajo coste, se cerró tras el inicio de la guerra el pasado 7 de octubre, dirigida por Hamás, limitando así todo el tráfico aéreo a la Terminal 3.
El cierre de la Terminal 1 y el posterior traslado de las operaciones a la Terminal 3 ha supuesto un aumento significativo de los costes operativos para Ryanair, lo que se traduciría en un incremento de las tarifas aéreas para los pasajeros que viajan desde y hacia Tel Aviv.
Durante la primera semana de la guerra, Ryanair, al igual que otras grandes aerolíneas internacionales, canceló todas sus rutas a Israel. Sin embargo, el 1 de febrero, la aerolínea reanudó los vuelos a Israel con un horario limitado, siguiendo el ejemplo de otras compañías europeas como Lufthansa, Swiss y Austrian, que también reanudaron sus operaciones al país.
Eddie Wilson, consejero delegado de Ryanair, ha pedido al Aeropuerto Internacional Ben Gurion que confirme una fecha para la reapertura de la Terminal 1 de la aerolínea de bajo coste. Esto permitiría a Ryanair reanudar la venta de vuelos de bajo coste desde y hacia Tel Aviv, contribuyendo así al crecimiento del transporte aéreo y el turismo en Israel.