La última ola de sanciones de Estados Unidos ha frenado significativamente la capacidad de Irán para financiar a Hezbolá, informó hoy The Washington Post. El grupo terrorista libanés ha sido tradicionalmente el poder mejor financiado de la República Islámica, con sus combatientes y afiliados que se benefician de los salarios y servicios sociales pagados por Teherán.
Sin embargo, al hablar con varios funcionarios de Hezbolá, el periódico con sede en Washington reveló cómo las sanciones impuestas por la administración Trump después de que Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear de 2015 hace un año había tenido un profundo impacto en la financiación.
Según el informe, al tiempo que se mantienen los gastos que se consideran esenciales, como los sueldos de los combatientes a tiempo completo y los estipendios para las familias de los militantes que murieron en Siria, donde las milicias de Hezbolá han sido fundamentales para mantener al presidente sirio Bashar Assad en el poder, otros programas han sido recortados o cancelados. Estos programas incluyen beneficios adicionales para los militantes y sus familias y la distribución de medicamentos y comestibles gratuitos. Además, los combatientes han sido retirados de Siria o asignados a las reservas.
“No hay duda de que estas sanciones han tenido un impacto negativo”, dijo un funcionario de Hezbolá a The Washington Post bajo condición de anonimato. “Pero en última instancia, las sanciones son un componente de la guerra, y vamos a enfrentarlas en este contexto”.
El informe destacó que las fuentes de Hezbolá no revelarían ninguna cifra de los fondos recibidos por Teherán antes o después de las sanciones, sino que, de acuerdo al enviado especial de Estados Unidos, Brian Hook, Irán solía enviar al grupo libanés hasta $ 700 millones al año, lo que representa el 70% de sus ingresos. Agregó que el gobierno de Trump ha declarado que las sanciones han reducido los ingresos iraníes en $ 10 mil millones desde noviembre pasado.
“Los iraníes están acostumbrados a las sanciones. Pero este nivel de sanciones generará una respuesta diferente. Los iraníes no se callarán al respecto”, dijo a The Washington Post un analista político con sede en Beirut, Kamal Wazne. El periódico lo describió como un analista que sostenía opiniones “que simpatizan con el punto de vista de Irán y Hezbolá”.
“[Las sanciones] son una forma de guerra más perjudicial que la guerra real … Es la muerte lenta de un país, el gobierno y su gente”, agregó Wazne, explicando que la República Islámica se verá obligada a tomar represalias.
Sin embargo, los funcionarios de Hezbolá que hablaron con el periódico estadounidense dijeron que los problemas financieros actuales no están afectando la capacidad del grupo para luchar en los diferentes campos de batalla, incluso contra Israel.
“Todavía estamos recibiendo armas de Irán. Todavía estamos listos para enfrentar a Israel. Nuestro papel en Irak y Siria permanece. No hay una persona en Hezbolá que se haya ido porque no recibió su salario, y los servicios sociales no se han detenido”, dijo el funcionario a The Washington Post, agregando que “las sanciones no durarán para siempre, y saldremos victoriosos en la guerra contra Israel como lo hemos sido en Siria e Irak”.